Este nevado no solo es un atractivo turístico, es la fuente de vida para los distritos de la provincia de Castilla.,El nevado Coropuna, el tercer pico más alto del Perú, no para de derretirse. En los últimos 62 años ha perdido el 52% de hielo de un total de 135 kilómetros de área que estaba cubierta de nevado. Los cálculos señalan que cada año pierde entre 2.3% a 2.5 % de lo que queda. Aunque las autoridades luchan para evitar este desastre, la reacción fue muy tardía. Es seguro que la batalla la ganará el calentamiento global. La radiación solar en nuestra región y el aumento de temperatura de 2 grados en las alturas, como en el Coropuna, son algunos de los factores. PUEDES VER Gobierno contacta a Eloy Cacya para ascenso de PPK al Coropuna Para el ingeniero Ronal Fernández Bravo, secretario técnico del Consejo de Recursos Hídricos Quilca-Chili, el daño es irreversible. "Tendría que aplicarse al pie de la letra el tratado de la COP21 (Cumbre del Clima de París)", declaró. El objetivo de la COP21 es mantener la temperatura media mundial muy por debajo de 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales. Aún así, nunca más se recuperaría el 52% de hielo que ya se perdió. Quizás se podría alargar por unos años la existencia del majestuoso Coropuna. Este nevado no solo es un atractivo turístico, es la fuente de vida para los distritos de Machaguay, Pampacolca, Tipán, Uñon y Viraco de la provincia de Castilla, además de los distritos de Yanaquihua y Andaray de Condesuyos. Del nevado nacen los ríos Arma, Majes, Cotahuasi, Ocoña y Colca. Estas a su vez abastecen agua a los cultivos de Salamanca, Chichas, Puente Colorada, Ocoña, Pampacolca, entre otros. De desaparecer el Coropuna, estos pueblos mencionados podrían quedarse desérticos. Por esta razón ayer se desarrolló el foro "Cambio climático y desglaciación del Coropuna, construyendo capacidad de respuesta". Esta fue organizada por el Programa de Desarrollo Rural (PDR), que actualmente ya viene trabajando en cinco distritos de Castilla. A esperar lo peor Para el representante del PDR, Juan Catacora Bruna, este programa tiene el objetivo de preparar a la población ante este desastre. Los primeros pobladores que vienen siendo concientizados son de los distritos de Castilla. Estos habitantes ahora saben que no deben depredar los queñuales ni tampoco quemar los pastizales. "Estos hechos han generado que se pierda el agua del subsuelo para manantiales. Los queñuales eran excelentes atrapa aguas y estos fueron depredados por la gente que lo usa como carbón para el pan. También tenían la costumbre de realizar zanjas y llevar aguas a sus terrenos. Esto también hizo que el suelo ya no retenga el recurso", explicó. Catacora también señaló que los ichus y otros vegetales que justamente retienen el agua, ahora no existen por sobre los 4 mil metros sobre el nivel del mar. El PDR también tiene el reto de realizar la siembra y cosecha de agua. Para ello realizarán pozos que atrapen el líquido de las lluvias y estas puedan humedecer los terrenos. Otra meta es sembrar queñuales para volver a retener el agua de las lluvias.