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Política

Dina Boluarte: un pedido de vacancia que se perfila como gesto

Posturas. Moción que busca destitución de presidenta Boluarte se mantiene lejos de posibilidades de avance, aunque abre oportunidad a que se reiteren posiciones respecto a las muertes en las protestas, que para un sector de legisladores no “ameritan” una vacancia.

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Segura. Jefa del Estado continúa sus actividades sin mayor muestra de preocupación sobre el pedido de vacancia y sus ministros aseguran que “está firme” en el cargo. Foto: Félix Contreras/La República

El pedido de vacancia contra la presidenta Dina Boluarte apunta a quedar en un gesto político en el Congreso al no conseguir los votos ni siquiera para que se admita a trámite esta solicitud, primera etapa de este proceso.

Solo las bancadas de Perú Libre y Cambio Democrático-Juntos por el Perú expresan su respaldo categórico a la admisión de la moción de vacancia.

Individualmente, se ha sumado la congresista Susel Paredes, que tiene bancada, y ya en febrero, el legislador Víctor Cutipa, de Perú Bicentenario, había expresado su respaldo.

Las bancadas de Fuerza Popular, Alianza para el Progreso y Renovación Popular han manifestado no darán ningún apoyo a esta moción de vacancia.

En otros grupos parlamentarios no hay definiciones como colectivos y acaso se expresan algunas posturas individuales.

En Acción Popular, se espera hoy tener una reunión para decidir la posición de la bancada, pero ya la legisladora María del Carmen Alva ha adelantado que considera que “no amerita la vacancia”, pese a que se argumenta la necesidad de sancionar a la jefa del Estado por las matanzas.

En el Bloque Magisterial también se espera hoy tener un encuentro en que se acuerde si apoyar la admisión del pedido de vacancia o no respaldarla.

“Probablemente, mañana (hoy) nos reuniremos para definir ese tema”, comentó escuetamente el congresista Paul Gutiérrez, vocero de la bancada.

Esto pese a que una integrante del Bloque Magisterial, la legisladora Francis Paredes, suscribió la moción de vacancia cuando se presentó en enero.

Algo similar ocurre con la bancada de Perú Bicentenario. “Vamos a analizarlo mañana (hoy) en la tarde como bancada”, dice su portavoz, el parlamentario José Marticorena.

Sin embargo, cinco integrantes de este grupo, de un total de seis, suscribieron la moción. Uno de ellos es Cutipa.

En Somos Perú, no hay posición definida pero la tendencia sería no respaldar la solicitud.

Teniendo investigaciones en sede fiscal y comisión congresal con tarea política de determinar responsabilidades, dejaremos que ambas hagan su labor y hoy no apoyaremos la vacancia. Y necesitamos un gobierno concentrado en atender emergencias y reconstruir”, dice el legislador José Jerí, vocero de la bancada de los somistas.

Reflexiones

“Lo más probable es que la nueva mayoría en el Congreso se oponga a este intento de vacancia y al menos por ahora el gobierno más impopular de los últimos tiempos se mantenga en pie”, dice el politólogo Jorge Aragón, profesor de la Universidad Católica e investigador del Instituto de Estudios Peruanos.

“Esto no solo es resultado de un procedimiento mal diseñado y peor usado. Es expresión de un sistema político que aislado de los temas importantes y en que conviven la extrema debilidad de políticos y autoridades con la ausencia de cualquier consideración por un mediano plazo y un bien común”, añade.

Otros expertos coinciden y hasta advierten un plan mayor.

“Prefieren mantener un gobierno manchado de sangre, pero mediocremente eficiente en el manejo de la economía oligárquica. Eso significa el gobierno de Boluarte-Otárola para estos grupos, quienes desde dentro y fuera del Parlamento preparan el camino para la asunción de un poder ultraderechista que se encuentra en ciernes”, considera el politólogo Martín Navarro, docente de la Universidad de San Marcos.

Se justifica, pero se mira a otra parte

Enfoque. Martín Navarro, politólogo, UNMSM

Un pedido de vacancia para Dina Boluarte es justificable. Por un lado, está la corrupción. Por otro, lo más grave son las muertes en las protestas que, además, preocupan a la comunidad internacional.

El aparente encubrimiento a militares o policías que ordenaron y ejecutaron estas terribles acciones también serían causa de responsabilidad política y hasta penal por parte de la gobernante que merecería el cese en el cargo.

Sin embargo, el escenario más posible es que este pedido no prospere, pues, como en el pasado, las derechas giran la cabeza a cualquier parte cuando hay que confrontar derechos humanos con derechos económicos.

Infografía - La República