Entre el mes de noviembre del 2022 y enero del 2023, tres personas ocuparon la jefatura de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), dos de ellas designadas durante la gestión del vacado expresidente Pedro Castillo, quien actualmente cumple prisión preventiva en el penal de Barbadillo. Bajo su mando, se percibió instabilidad en esta institución abocada a los temas de inteligencia nacional, el cual, según el exministro del Interior, Rubén Vargas, fue consecuencia de la desnaturalización de las funciones que debían cumplir.
En diálogo con La República, el extitular del Mininter señaló que durante la gestión de Castillo se ha “destrozado y desnaturalizado” a varias instituciones del Estado, entre ellas la DINI. Durante la era Castillo Terrones asumieron José Luis Fernández La Torre, actualmente investigado por el Ministerio Público, y Wilson Barrantes, quien tuvo un fugaz paso por la institución y fue cambiado ni bien asumió Dina Boluarte el cargo.
“Se ha destrozado y desnaturalizado a muchas instituciones durante el Gobierno de Castillo, una de esas víctimas ha sido la DINI. No solo porque fueron designadas personas no idóneas para esa responsabilidad, sino porque se desautorizaron las funciones y las tareas de estas instituciones como la DINI”, declaró a este medio.
En esta línea, Rubén Vargas recuerda que —según testimonios de colaboradores eficaces— la DINI se habría transformado en una caja chica para comprar silencios de personajes vinculados “a las estructuras criminales” que habría conformado Pedro Castillo. Así como a dirigentes del Perú Libre, afirma.
En otro momento, el exministro señaló que una característica de los jefes de la DINI de Pedro Castillo tiene que ver con que eran personajes con un perfil excesivamente mediático para trabajar en temas de inteligencia: “Vimos también a funcionarios de la DINI convertirse en actores mediáticos con visitas permanente y frecuentes a los medios de comunicación para analizar la coyuntura, en los que dieron su opinión y analizaron diversos hechos. Eso no corresponde a un sistema de inteligencia serio, en ninguna parte del mundo vamos a ver al jefe del Sistema de Inteligencia o al que encabeza la rectoría de inteligencia convertido en un actor político y mediático, eso es absurdo, es no haber entendido la naturaleza de esa responsabilidad”.
Finalmente, Rubén Vargas consideró que, “con matices”, el Gobierno de Dina Boluarte mantiene el mismo desorden en la DINI que caracterizó a la gestión de su antecesor: “No, yo creo que, con matices, en términos de posiciones ideológicas de sus jefes, básicamente ha seguido el mismo desorden y necesitamos tener a una institución serena, con el perfil más bajo posible”.