Cargando...
Política

Diego García Sayán: “Es un triunfo del Perú, viendo más allá de la polarización, no un proceso intervencionista”

El excanciller considera que la decisión de la Comisión Permanente de la OEA de activar la Carta Democrática y enviar una misión al Perú es un paso constructivo que puede servir para superar la crisis política en nuestro país.

larepublica.pe
Optimismo. García Sayán espera que se baje el tono para que se encamine un diálogo. Foto: difusión

El excanciller Diego García Sayán considera que la decisión de la Comisión Permanente de la OEA de activar la Carta Democrática y enviar una misión al Perú es un paso constructivo que puede servir para superar la crisis política en nuestro país.

¿Qué significa para el Perú lo que se ha decidido en la OEA?

Un paso positivo y constructivo que expresa la razón de ser de esta iniciativa peruana aprobada en el 2001, cuando presidí la asamblea general de la OEA, la Carta Democrática Interamericana, donde la idea no es un mecanismo sancionador sino que en situaciones de riesgo en el proceso político institucional democrático pueda haber una participación constructiva de la OEA. Como dice la resolución, se trata de promover el diálogo y fortalecimiento del sistema democrático de gobierno. Es importante que algo tan positivo no reciba negativa irritada de un sector político.

¿Es efectivamente un triunfo del Gobierno y fracaso del Congreso, como se señala?

Veo otra perspectiva. Más que una guerra de Gobierno y Congreso, hay un seria crisis política que vemos con una economía que hace cinco años, no solo con Castillo, no crece más de 2% por la crisis política sostenida. Entonces, es un triunfo del Perú, hay que verlo más allá de esta polarización. Un triunfo para un paso constructivo. En la medida de que esa misión logre promover niveles de diálogo hoy inexistentes y en deterioro, el Perú gana, más allá de Gobierno, Congreso y otras instancias.

Concretamente, ¿qué hará está misión que enviará la OEA?

Informarse de las apreciaciones de cada lado y puede iniciar mecanismos propositivos encaminados a un diálogo constructivo o hacer una valoración y regresar con propuestas. En el 2000, la OEA propuso una agenda para el diálogo y abrió un cauce constructivo importante.

¿Puede darse ahora?

Debemos voltear la página de si la OEA son los malos o buenos. Resulta que es terrible que participe y lo dicen quienes iban a la OEA a pedir que intervenga contra las elecciones. Veamos más allá y en positivo. Esto no es un proceso intervencionista, el Consejo Permanente no adoptará decisiones en reemplazo de autoridades peruanas y debe hacer lo que nadie en el Perú está en capacidad de construir: diálogo entre las partes. Veámoslo como posibilidad que se abre al Perú de diálogos constructivos para superar la crisis política. Eso será mejor para la estabilidad y para la economía.

¿Qué nos dice que está decisión haya tenido respaldo de todos los Estados miembros?

Es muy importante. En estos tiempos, los equipos diplomáticos se informan también de otras fuentes. No puede verse como decisión desinformada.

Al aceptar la OEA lo que pidió el Gobierno, ¿ve como amenazas a la democracia las interpretaciones amplias de incapacidad moral y del artículo 117 de la Constitución?

Bueno, todo eso. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos estuvo aquí, la información en medios sobre el Perú es semejante respecto al nivel de crisis política. No quiero responsabilizar a nadie en particular porque hay lenguaje fuerte no solo en una de las partes.

Si esa interpretación de la incapacidad moral y el artículo 117 de la Constitución se ven como amenaza a la democracia, ¿son ya caminos vedados?

La OEA no se ha pronunciado al respecto. Es un debate por ahora parte de la polarización que hay. Es un punto que tendrá que trabajarse y ponerse sobre el tapete en la visita de la OEA.

¿Esta visita es algo parecido a lo que ocurrió en el 2000?

Creo que sí, con las diferencias grandes de que en esa época teníamos un régimen autoritario con legitimidad de origen rechazada por la OEA y que no hay un Ejecutivo que ha tenido escuadrón de la muerte, perseguido derechos humanos y cerrado medios de comunicación. Hay polarización política fuerte e investigaciones de supuesta corrupción que deben seguir su cauce. No puede la OEA interferir, pero no pueden ser las investigaciones muleta para sacar conclusiones de índole político.

Considerando cómo le fue a la OEA en el 2000, ¿qué posibilidades de éxito hay esta vez?

Depende de dos factores: la capacidad de iniciativa y persuasión de quienes representen a la OEA y la comunidad política nacional. Allí sí es distinto al 2000, porque entonces había partidos: la mesa de diálogo era entre el gobierno de Fujimori y los partidos. Hoy la interlocución pasa a ser casi con personas.

¿Cuán factible es un diálogo cuando el presidente habla de la oposición como quienes sumieron al Perú en la más grandes corrupción y las fuerzas en el Congreso rechazaban a una participación de la OEA?

Es parte de la polarización, pero en el 2000 también había agravios duros de Fujimori a la oposición y además persecución. Hoy la oposición puede creerse injustamente atacada, pero la individualización de la política complica el panorama.

¿Cuándo tendríamos la misión? ¿Tiene plazo para acabar?

Los plazos se irán fijando. Dada la decisión rápida, estimo que la misión se conformaría o viajaría al Perú en el curso de la próxima semana o la subsiguiente. Es solo una especulación.

Mientras esta misión no acabe su labor, ¿qué debe pasar con los procesos en marcha? Se habla de otra vacancia, hay denuncias constitucionales...

Cada cual debe estar en lo suyo. Las investigaciones fiscales que sigan su camino. El Congreso que empiece a legislar. Hay decenas de proyectos y comisiones fundamentales en espera y de contrabando lobistas sacan tajada. Cada cual en lo suyo, pero bajemos la judicialización de la política y viceversa. Y la Fiscalía que investigue con seriedad, pero que no se mezcle eso con decisiones políticas.