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Política

De Rivero: “Boluarte perdió legitimidad al disparar contra su pueblo y nos convirtió en una democracia fallida”

Entrevista. El diplomático se refiere a las muertes en protesta como “una masacre”. Afirma que Estados Unidos no acepta la versión gubernamental.

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El exembajador califica de “autoritaria” la decisión de pretender extender la versión del Gobierno a las dependencias internacionales. Foto: composición Fabrizio Oviedo/difusión/La República | Foto: composición Fabrizio Oviedo/difusión/La República

Después de renunciar a la embajada peruana en Estados Unidos tras el golpe de Estado de Pedro Castillo, Oswaldo de Rivero está mudándose a Carolina del Norte para trabajar en análisis geopolítico con un grupo de estudios. En una entrevista con La República, el diplomático expresó su preocupación por el devenir del Gobierno de Dina Boluarte, recaído en la acumulación de muertos por el contexto de protesta social y en la imposibilidad de adelantar elecciones sin su renuncia. Desde que se puso el fajín quien alguna vez pregonó y ahora desconoce el ideario marxista-leninista de Perú Libre, fenecieron más de media centena de peruanos.

—Es cierto que el Gobierno ha permitido la visita de la CIDH, del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y de la Misión de Alto Nivel de la OEA, pero también es cierto también que quizá algunas acciones de la Cancillería están siendo reactivas. El vicecanciller actual, Ignacio Higueras, le hizo saber a los jefes de las embajadas, consulados generales y representaciones permanentes del Perú que no están comunicando adecuadamente la situación del país. Se alega que hay una narrativa extranjera que tergiversa los hechos que están ocurriendo.

—Es una conducta punitiva y autoritaria creer que los embajadores del Perú tienen que decir lo que ellos piensan (…). (El Gobierno) no puede construir nada después de que la gente haya protestado masivamente por todo el Perú. No pueden tapar esta realidad con un dedo y comenzar a decir que hay una serie de terroristas (…). Ellos no entienden que los grandes diarios americanos y europeos han enviado gente al Perú. (…) Ellos quieren crear una narrativa que no la aceptan en Europa ni en Estados Unidos, porque los EE. UU. no solamente han tenido periodistas aquí, sino (…) agentes; entonces, (…) es una reacción (de) pataleta infantil que verdaderamente no tiene sentido (…).

EE. UU. indudablemente sabe lo que quiere y está convencido de que en el Perú ha habido un exceso del uso de la fuerza (…) que ha causado casi 30 muertos, ¿o cuántos hay hasta ahora?

—Más de media centena.

—En doctrina de derechos humanos, eso se llama masacre. La cantidad de muertos que hay es enorme comparándola con la de Brasil en donde, por ejemplo, han caído 1.500 prisioneros en el intento de toma del palacio Ejecutivo cuando Lula da Silva ya había asumido. Eso hace un país democrático. Un país antidemocrático, como el Perú, dispara contra sus ciudadanos. Es por eso que muchos embajadores no pensamos que estábamos defendiendo algo democrático (…).

—El Perú, en definición de las Ciencias Políticas, no está viviendo en una democracia representativa, sino en un régimen autoritario.

—El Perú tiene lo que se llama una presidencia legal, de acuerdo con la Constitución, pero el cómo (…) esta presidenta desarrolla su acción, tratando de punir a los embajadores diciendo cosas que no pueden decir, pues… Además, las grandes potencias tienen embajadores en Lima. No va a ir a contarles cosas a ellos.

Lo más difícil que tiene hoy este régimen, desde el punto de vista internacional, son los muertos. Un régimen que mata muertos (sic) es una democracia fallida. Ninguna democracia mata a sus muertos (sic).

Si bien la señora Boluarte es legalmente presidenta del Perú, desde el punto de su acción y su política, está perdiendo legitimidad.

—A su juicio, ¿Dina Boluarte siquiera contempla la posibilidad de lo que le vendrá después, es decir, las Cortes Interamericanas de Derechos Humanos, las plataformas supranacionales que la van a condenar, posiblemente?

—Yo lo he dicho muchas veces, que los muertos por violaciones de derechos humanos nunca mueren porque sus familias (…) los defenderán, como pasó con Fujimori, y se aliarán con lo que usted dice: las ONG, las potencias europeas y los Estados Unidos, que promueven mundialmente los derechos humanos. Se va a formar una alianza —y no es la primera vez— entre estos tres elementos ante una presidenta legal, pero que ha perdido legitimidad al disparar contra su pueblo y ha convertido al Perú en una democracia fallida.

Este Gobierno tiene dos problemas: no puede lograr que haya adelanto de las elecciones y (…) los muertos; pero lo de los muertos es más grave. Que se adelanten las elecciones no afecta a las grandes potencias que defienden los derechos humanos. Eso es de nosotros. Pero los muertos no mueren. Este Gobierno no se ha dado cuenta de eso, la misma canciller Ana Gervasi no se da cuenta de que eso es la cosa más difícil de convencer. ¿Por qué mataron a las personas?

El secretario general de Naciones Unidas ha salido y dicho que está perturbado por lo que pasa en el Perú y pide inmediatamente que (…) se inicie una investigación totalmente internacional, porque no ya no confían con la participación de los países que promueven los derechos humanos.

—Ahora, también es un rasgo autoritario el que, por ejemplo, el miércoles 25 de enero, según información de Hildebrandt en sus trece, el cónsul del Perú en París le envió a las autoridades francesas tres documentos más un video de la canciller en el que explica que detrás de las protestas hay acciones violentas de ciertos grupos para subvertir el orden constitucional. Dina Boluarte ha decidido traspasar la narrativa nacional que ella expone en sus mensajes a la Nación y ha ordenado que los representantes del Perú extiendan esa desinformación del Gobierno hacia dependencias internacionales.

—Por eso fracasan. Anteayer, 20 congresistas del Partido Demócrata de los Estados Unidos han mandado una carta a Joe Biden diciéndole que en el Perú están violando grotescamente los derechos humanos y piden que suspenda toda ayuda internacional. No les creen, pues. Ellos tienen información. La Cancillería hace el ridículo, porque la señorita Gervasi vino volando aquí, a Washington, para hablar con todos y, en ese momento, lanzaron la carta de los demócratas.

No está probado que hay agentes extranjeros. No está probado que hayan grupos terroristas verdaderamente exquisitos que estén planeando estratégicamente cómo parar el Perú. No, no.

—Justamente, después de todos estos hechos de descrédito internacional, la presidenta el miércoles último propuso otro proyecto de ley de reforma constitucional para que las elecciones sean este año. Le pregunto por el presunto empuje que podría venir desde el lado diplomático. ¿La desolación internacional podría llevar a que Dina Boluarte renuncie?

—Yo creo que es la única salida después de lo que está haciendo el Congreso —el archivamiento de cuatro PL que buscaron la prontitud de los comicios. También creo que ella tiene temor de que la enjuicien. La verdad es que, si Boluarte no lo hace —como ha pedido el secretario general de Naciones Unidas, una investigación internacional, transparente y que identifique a los culpable de la matanza—, va a perder totalmente la poca legitimidad que tiene.

—Y lo último que le queda es ese marco legal en el que ella asumió el cargo de presidenta.

—Ese es el reducto. (...) Está perdiendo su legitimidad hasta el punto de que solo es legal, pero no es legítima.

—No hay indicios de que Boluarte inste a una investigación pulcra e internacional porque hay una diferencia en la enunciación a la que ella se refiere, por ejemplo, a estos supuestos azuzadores.

—Si es así, que lo estudien. Que inicien la investigación internacional si hay eso.

—Claro, pero la diferencia en la semántica sería que, por ejemplo, cuando le consultan acerca de los hipotéticos responsables de las Fuerzas Armadas, ella dice que hay que esperar las investigaciones, pero cuando se trata de los manifestantes, plantea el supuesto y persisten narrativas que no están probadas.

—Hay tratos de la presidenta Boluarte y de este Gobierno con los que la gente se queda prácticamente espantada. Hay cero muertos en los barrios importantes de Lima y casi media centena en otro lado. Eso demuestra, más que nunca, que la protesta es justa. El país está tan seccionado entre la gente pudiente y la gran masa, que (...) si protestan, te disparan. Eso ha chocado mucho afuera.

—¿Cuáles son los peligros que correría el Perú en sus relaciones diplomáticas después del Gobierno de Boluarte? No es lo mismo que un Gobierno sea de transición como el que pudo hacer Paniagua.

—No, no hay comparación. Lo que yo creo es que, si ella hace la investigación internacional y deja de ser punitiva en la Cancillería, posiblemente se salve su presidencia. Pero si se sigue quedando así…

—Entonces, podríamos decir que el empuje internacional terminaría haciendo que Boluarte…

—Investigue o se vaya.