Zamir Villaverde estaría acostumbrado a sacar provecho de la ley, dicen los que lo han tratado alguna vez. Esta no es la primera vez que tiene problemas con la justicia. Ni es la primera vez que está en prisión.
Villaverde está detenido en el penal de Ancón 1 desde el 28 de marzo. Cumple prisión preventiva en la investigación sobre actos de corrupción en la licitación de Puente Tarata III en Provías Descentralizado.
En su juventud, en los años 90, fue suboficial de la Fuerza Aérea. Lo expulsaron por presuntos actos delictivos, en compañía de otros suboficiales. Cambió la rigidez militar por una vida al margen.
El 2007 ingresó por primera vez a la cárcel. La Policía lo detuvo en una persecución a balazos, por el asalto a una pizzería en Miraflores. Lo condenaron a 10 años de prisión. Antes de cumplir la pena, regresó a la calle por “buena conducta” y beneficios penitenciarios.
El 2013 volvió a ser detenido por colusión y falsificación de documentos. Pasó otros dos años preso. Al salir de la cárcel, con la ayuda de su madre y otros familiares se hizo empresario, con saco y corbata.
Congreso. Zamir Villaverde usa a la Comisión de Fiscalización. Foto: difusión
Pero, más allá de la ropa, no habría cambiado mucho. Su vida es la mentira para sobrevivir. Vistiendo polo y jean era conocido al sur de Lima. “Participaba en desalojos, invasiones y la ‘venta de terrenos’ en proceso de formalización en Cañete. Decía que tenía influencias en la Policía, pero a nadie le consta”, refirió una persona que lo conoce de esas “andanzas”.
Formalmente, se presentaba como ejecutivo de la empresa de seguridad Vigarza, que dirigía su madre, Luz García Velarde y de la sociedad “Company Inmobiliaria e Inversiones”.
Zamir Villaverde conoció a Bruno Pacheco en Vigarza. Entre enero del 2014 y noviembre del 2020, Pacheco alternaba su labor de profesor con el de jefe de selección y capacitación de personal de la empresa de seguridad.
De acuerdo con militantes de Perú Libre, cuando el candidato Pedro Castillo pasó a la segunda vuelta, Villaverde se presentó en el local de campaña y preguntó por Bruno Pacheco. Entonces, le ofreció apoyo logístico a la campaña.
Villaverde habría sido presentado al hoy presidente como un respetable empresario que creía en sus promesas de cambios. Apoyó a la campaña con vehículos y seguridad para los recorridos en Lima.
Junto con él llegaron Karelim López y Silvia Barrera, la exalcaldesa de Villa María del Triunfo. “Rapidamente se hizo amigo de Fray Vásquez Castillo. No creo que se hayan conocido de antes, pero Fray tenia un restaurant en Oquendo y encontraron temas comunes de conversación”, señala las fuentes.
Villaverde puso a disposición de los sobrinos del presidente sus camionetas, departamentos y financió sus fiestas y bebidas. Fray Vásquez unió al grupo a Gian Marco Castillo.
Ya en el gobierno, Villaverde habría querido sacar provecho de su apoyo al candidato y su amistad con Pacheco y los sobrinos. Karelim López lo acercó a Luis Pasapera Adrianzén y las licitaciones en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y Provías Descentralizado.
Investiga. La fiscal Karla Zecenarro Monge tiene a su cargo el caso Provías. Foto. difusión
Allí vieron el negocio. Aprovechando sus contactos con el entorno presidencial, ofrecía interceder en licitaciones en el MTC. Parte de esta historia es la que ha contado Karelim López, en su colaboración eficaz a la fiscal Luz Taquire.
En respuesta, Villaverde busca acogerse a colaboración eficaz con la fiscal Karla Zecenarro, pero con otro relato, que por momentos es otra cara de la moneda.
Además, incluye otros elementos, como el fraude electoral y presuntos pagos al presidente, para atraer la atención de los políticos y la opinión pública. Para los que lo conocen, Villaverde no tendría pruebas y busca negociar con algunas de las partes, la oposición o el gobierno, su libertad.
Para ello acomodaría la historia a lo que los políticos quieran escuchar, de allí la confusa historia del fraude y ahora la maleta llena de dinero.