La encrucijada de un Gobierno que se percibe cada vez más cerca del abismo genera diversas reflexiones. Desde distintas miradas, seis personalidades exploran algunas opciones.
La politóloga Cynthia Sanborn, profesora de la Universidad del Pacífico, espera unidad de fuerzas democráticas para una salida constitucional con agenda de consenso. El sociólogo Víctor Caballero, exjefe de la Oficina de Diálogo de la PCM, prevé mayor confrontación política. La historiadora Cecilia Méndez aspira movilizaciones que encaminen al presidente. El abogado Ernesto de la Jara sostiene que lo mejor es la dimisión de este, salvo que arme un gabinete impecable. El escritor Gustavo Rodríguez, editor de Jugo de Caigua, destaca la urgencia de una reforma política. Martin Soto, del Grupo Valentín, reclama priorizar la visión país en vez de la conveniencia.
Cynthia Sanborn, politóloga, Universidad del Pacífico
Difícil responder sobre la salida que quisiera versus lo que puede pasar. Con todo corazón, quisiera ver mayor unidad entre las diversas fuerzas políticas democráticas, respaldadas por líderes e instituciones de la sociedad civil, de la academia, las artes, etc., personas que gozan del respeto de los ciudadanos, llamando por una salida constitucional y democrática, con una agenda mínima de consenso. No más golpes ni terruqueo, y no más políticos corruptos y/o interesados solo en lo suyo. No solo elites limeños, sino de peruanos y peruanas respetadas de todo el país. ¿Pero quién organiza eso? ¿Quién convoca?
Víctor Caballero, sociólogo, exfuncionario
Las afirmaciones del mensaje de Castillo pueden evidenciar que la crisis política seguirá y que estamos frente a un curso de confrontación muy serio. La oposición congresal ya tomó nota de este anuncio de “la bala de plata” y ya prepara las condiciones para la “vacancia presidencial”.
No hay buena señal de que Castillo recomponga su relación con la izquierda democrática que le apoyó. Tampoco debe apoyársele sin condiciones. Es probable que recomponga su relación con Cerrón y Perú Libre, y que el grupo de Bermejo (Perú Democrático) siga con gran influencia.
Nuevo gabinete. Solo cuatro mujeres integran el tercer gabinete ministerial de Pedro Castillo con Héctor Valer al frente del despacho del Consejo de Ministros. Foto: Presidencia
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Cecilia Méndez, historiadora
El problema no es quién es el primer ministro. Castillo está viendo hasta dónde llega. Para él son fichas intercambiables. Está viendo cómo se cuida en su lugar de poder.
Desde lo emocional, una respuesta es pedir que renuncie, pero no es la solución porque el Congreso hace tiempo se prepara para sacarlo y quienes buscan reemplazarlo no son mejores.
Espero que las marchas continúen, que la fuerza ciudadana se haga sentir para que salga todo impresentable. Que las movilizaciones encarrilen a Castillo. Lo más fuerte que tenemos es la indignación de la ciudadanía movilizada.
Ernesto de la Jara, abogado, exdirector de IDL
Un punto de inflexión es cuando saca a Guillén y Vásquez, no aclara lo de la casa de Breña y viene el gabinete Valer. A la ineptitud, se suman sospechas de corrupción y nombramiento de personas que son un grave peligro para el país.
Se le ha dado la oportunidad, hubiese querido que dure los cinco años, pero, ante lo ocurrido, soy partidario de exigir la renuncia de Castillo, que es una medida constitucional. Salvo que presente un gabinete de ancha base, impecable, con el que se le podría dar una oportunidad, pero creo que su capacidad de convocatoria ya ha perdido esa posibilidad.
Gustavo Rodríguez, escritor, Jugo de Caigua
Castillo debería pedir perdón y crear un gabinete de consenso con un primer ministro intachable que opere como jefe del Gobierno. Pero esto es muy difícil que pase, y sería un paliativo.
Necesitamos que la sociedad civil presione por una reforma política que evite nuestra pobrísima oferta electoral. ¿De qué servirían nuevas elecciones si las mismas figuras van a aparecer?
Quizá más realizable y democrático sería que la ciudadanía presione para que Castillo renuncie y Boluarte asuma con la condición de tener un gabinete decente, plural y pacte con el Congreso una reforma política.
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Martín Soto, abogado, Grupo Valentín
La falta de humildad para reconocer errores y limitaciones alimenta el descontento y desconfianza. Además entorpece esfuerzos de convocar a personas capaces de llevar una agenda serena.
No se aprecia norte ni sentido de propósito. La supervivencia política no puede ser el compás moral. Asimismo, un descalabro político no se arregla forzando un descalabro constitucional.
Las movilizaciones serán más intensas en tanto no se rectifique. Se extrañan voces democráticas que orienten el debate y pongan visión de país sobre la mesa, y no busquen siempre sacar una tajada de las cosas.