Tres entrevistas han bastado para que la imagen de Pedro Castillo cambie frente a la ciudadanía. Aunque para algunos haya demostrado la sencillez de un hombre de campo, para otros también ha revelado su falta de preparación ante el cargo que ocupa. El presidente de la República ha puesto un debate sobre la mesa debido a las polémicas respuestas que brindó durante la última semana a medios nacionales e internacionales.
En general, la reputación de Castillo Terrones se ha debilitado, según coincidieron expertos. Su constante repetición de frases reveló la falta de preparación que tuvo para los recientes encuentros periodísticos.
De acuerdo con María Paula Távara, politóloga de la PUCP, el mandatario exageró al emplear el concepto de aprendizaje y terminó siendo contraproducente para su discurso.
“Si había una intención de generar empatía con esta idea del aprendizaje, se ha sobreutilizado (…) Ha sido una muletilla, más que un argumento”, comentó en conversación con La República.
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En ese sentido, Távara afirmó que la impresión de liderazgo del presidente se ha desgastado aún más, pese a que ya existían dudas sobre su gestión.
“Ya sabíamos que no estaba preparado, que había poca claridad (…) La percepción de que hay bastante debilidad en su capacidad de gestión”, dijo.
Por su parte, el experto en política y gestión pública Vlado Castañeda sostiene que también se pudo observar dos aristas favorables en sus intervenciones.
”Lo positivo es que el presidente salió a los medios. Ha comenzado a dar espacio (...) Lo segundo es el estado del Gobierno (…) A partir de esto, el presidente va a tener que ver cómo configura sus equipos, porque él también deberá analizar su balance”, expresó a este diario.
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Távara añadió que la oposición debería considerar que, así como Castillo carece de liderazgo, de esa manera tampoco podría implementar un Gobierno comunista o régimen autoritario como algunos creen.
“Hay una cosa que es interesante tener en consideración, que es que estas entrevistas y la debilidad también deberían hacer que aquellos argumentos de la oposición vinculados a que esto (el gobierno) se va a volver un régimen comunista o que podría llegar a ser un autoritarismo, demuestran que no hay fortaleza de liderazgo para una actuación como esa: no la hay ni para lo bueno ni para lo malo”, expresó.
Castañeda afirmó que no existe una escuela para aprender a ser presidente, pero que es tarea de los partidos políticos enseñar a sus miembros cómo gobernar el país.
”Tienen que convertirse en partidos-escuelas. ¿Para qué? Para hacer política, gobernar, representar los intereses y para que cuando llegue alguien al Gobierno no tenga una frase infeliz para el ciudadano, que además puede tener una repercusión negativa“, aseveró.
En ese sentido, Távara acotó que el aprendizaje nunca termina en cualquier ámbito, incluyendo a la Presidencia. Un ejemplo claro sería la llegada de la pandemia, para la que ningún gobierno estuvo preparado para afrontar en su totalidad.
”El aprendizaje en la política es constante (…) la política es un área viva; los cambios sociales que van surgiendo, las necesidades”, sostuvo.
Vlado Castañeda reconoció la falta de entrenamiento que tuvo Pedro Castillo, a pesar de haber participado de entrevistas coordinadas previamente.
“No son como las que te agarran en plena actividad presidencial mirando el accidente de petróleo y que te hagan ahí varias preguntas. Ahí es más complicado (…) Te preparas para que la retórica empiece a tener más contenido, más logros, más propuestas y más trabajo político”, comentó.
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En ese sentido, hubo además la falta de un mensaje conciso que englobara de manera precisa la retórica de Castillo Terrones como presidente, no como candidato. Así, Távara aseveró que un cambio en su narrativa hubiera logrado un mejor vínculo con la población.
”Lo que pudo ser bueno de ’Es un tiempo de aprendizaje, pero ya tenemos claros los horizontes’ ha terminado siendo una justificación de todas sus debilidades, y eso no tiene mayor asidero“, argumentó.
Sin embargo, tal como afirma Castañeda, estas primeras intervenciones podrían ayudarlo a acondicionar en el campo, a “aclimatarse al contexto de entrar en interacción con los medios, entendiendo que son una forma de acercarse a la población”.