El presidente Castillo tiene que transparentar su gestión, pues hay un sector de la oposición que tiene la vacancia como principal punto en su agenda y es momento de que se pronuncie en defensa de la reforma universitaria para conectar con la ciudadanía, tal como lo hizo en su momento Martín Vizcarra, aseguró el analista Paolo Sosa.
¿Cómo ve el escenario político después del pedido de vacancia?
Se trata de una victoria momentánea para el presidente Castillo. En la agenda de un sector de la oposición está la vacancia como parte de su estrategia principal. Es un tiempo que ha ganado el presidente para reconfigurar, reorientar su estrategia política, su acercamiento con la ciudadanía.
¿Urge la transparencia y comunicación?
La ciudadanía está demandando una presidencia más transparente, que corrija y no vuelva a cometer el error de reunirse con empresarios, contratistas con el Estado. Una presidencia que comunique, que sea capaz de responder a las críticas en el momento que se hace. Que tenga presencia con entrevistas en los medios, mucho mayor de lo que ha tenido los últimos meses.
Le falta aclarar temas como las reuniones en Breña.
En su momento fue importante que la premier Mirtha Vásquez manifestara que el presidente Castillo iba a transparentar los nombres de las personas con las que se reunió, pero eso está pendiente aún. Por cuestiones exógenas al Congreso, la vacancia se fue desinflando, pero todavía no hay claridad y no se sabe con quiénes se reunió y qué tipo decisiones se tomaron ahí.
¿Es un tema no resuelto que le puede afectar?
Para la ciudadanía todavía es muy opaco el presidente, no termina por explicar bien ese tipo de escándalos y le puede seguir costando. Hay un sector de la oposición que va a buscar vacarlo con cualquier otra excusa, más aún si el presidente no aclara los cuestionamientos. El escándalo de Breña abrió el espacio para la oposición, pero el tema de los audios terminó desinflándolo, quitándole el momento al pedido de vacancia. A ello hay que sumar las reuniones con los miembros más moderados de la oposición como AP, APP, que influyeron para salvar a Castillo. Hubo una política detrás, para evitar la vacancia.
¿Castillo tiene que pronunciarse sobre la reforma universitaria?
Es un tema que no solo promueve la oposición, Perú Libre se ha manifestado también contra la reforma universitaria, pese a que, como muy pocos temas, tiene un respaldo ciudadano importante. Es una oportunidad clara del presidente para apoyarse en la ciudadanía y contrarrestar algo que está haciendo el Congreso. Otros presidentes aprovecharon para dar un mensaje señalando que el Ejecutivo no va a permitir que se atente contra la reforma. A Vizcarra le fue bien y lo hizo también Sagasti. Es una oportunidad de oro para Castillo de oponerse a lo que hace el Legislativo y tratar de sintonizar con la ciudadanía para evitar que se vuelvan a abrir universidades de baja calidad.
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Se cuestiona la capacidad a Castillo, pero el Congreso no muestra nada brillante.
El tema de la capacidad es subjetivo, la oposición tiene rabo de paja al momento de hablar de la vacancia y de las cualidades del primer mandatario. La reunión de la presidenta del Congreso tiene que transparentarse. De Soto no puede estar hablando tan ligeramente sobre intervenciones extranjeras o pedir apoyo internacional para petardear al Gobierno.
Incluso pretendieron blindar a un acusado de violencia de género.
El mismo día que querían vacar al presidente con argumentos aleatorios y sin mayor sustento, blindan a un congresista (Luis Cordero de Fuerza Popular) que fue acusado por violencia contra su pareja, luego tuvieron que recular, todo un escándalo que muestra la falta de coherencia de los congresistas. Eso hace que la ciudadanía desconfíe de los pedidos de vacancia y queda claro que no es para fiscalizar o controlar al Ejecutivo, sino para sacar, remover al presidente hasta que la oposición llegue a Palacio, lo que ha pasado los últimos años.
¿Llegamos a fin de año con un Gobierno y Congreso débiles?
Ambas instituciones se han debilitado, la legitimidad es cuestionada en ambos lados. Es un Congreso que tiene más del 70% de desaprobación. La crisis política que vivimos después de las elecciones, cuando quisieron deslegitimar los resultados, ha afectado a la Presidencia y al Congreso, no sabemos hasta dónde puede aguantar esta situación si el próximo año continúa con la misma dinámica.
¿La crisis política le quitó protagonismo a la pandemia?
Tras el vacunagate y la vacunación, lo que acapara la atención es la crisis política. La facilidad con la que se habla de vacancia y fraude en los discursos políticos hace que las instituciones vayan perdiendo legitimidad. Una de las pocas cosas que ha funcionado en este Gobierno es continuar y mantener un proceso de vacunación bastante mejor de lo que algunos especialistas pronosticaban. Eso muestra que el Estado es eficiente en estos temas y ahora explota un poco en la cara de los grupos que se oponen a la vacuna.
Se viene la campaña electoral, ¿cómo lo avizora?
Vamos a tener más partidos nacionales tratando de ganar alcaldías, gobiernos regionales, como AP, APP, Renovación Popular. Es muy probable que veamos una elección regional muy similar a las anteriores, pero en Lima se va a contagiar la polarización que hemos visto en las últimas elecciones. Si se presentan candidatos como López Aliaga, habrá polarización, pues en Lima siempre hay la intención de utilizar la alcaldía como plataforma para las elecciones nacionales.