La Comisión de Salud del Congreso de la República invitó a su sesión virtual de este martes 21 de julio a Andreas Ludwig Kalcker, conocido por ofrecer un falso medicamento que asegura ser la cura del nuevo coronavirus (COVID-19).
El alemán, que se presenta como científico y doctor en Biofísica en la Salud Alternativa, pero sin ninguna investigación ni artículo académico de su autoría, defiende su producto Solución de Dióxido de Cloro o CDS una variación de la ‘Solución Mineral Milagrosa’ (MMS, por sus siglas en inglés), que contiene el dióxido de cloro, uno de los desinfectantes más utilizados.
PUEDES VER No hay evidencia de que el dióxido de cloro es la cura de la COVID-19 y de otras 10 enfermedades
Agenda de la Comisión de Salud para este martes 21 de julio.
Cabe señalar que este producto es ofrecido por el economista alemán hace muchos años como solución para todo tipo de enfermedades, como el cáncer y el Sida, sin el respaldo de alguna institución científica de prestigio para avalar sus resultados.
La peligrosidad de usar este producto ha sido alertada por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) del Ministerio de Salud, por lo que exhortó a la población no comprarlo ya que se trata de un poderoso agente blanqueador que puede causar graves daños a la salud, siendo algunos potencialmente mortales.
Esta misma posición han tenido diferentes autoridades de muchos países, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) precisando que puede causar desde diarrea y vómitos hasta insuficiencia respiratoria y cambios en el ritmo cardíaco.
No obstante, sin escuchar las advertencias de las entidades profesionales, el grupo de trabajo parlamentario, liderado por Omar Merino Lopez de Alianza Para el Progreso, lo presenta como “el creador de la fórmula magistral CDS dióxido de carbono” para escuchar su recomendaciones sobre su tratamiento contra la COVID-19, desde las 11 de la mañana.
“Los principales estudios usados para “demostrar” su eficacia han sido probados en laboratorios y en animales, mas no en humanos. Además, las dos investigaciones realizadas en humanos no arrojan resultados alentadores sobre este compuesto. Con ello, se comprueba que no hay evidencia de que el dióxido de cloro sea la cura de la COVID-19 y de otras 10 enfermedades”, concluye el informe de verificador de La República sobre este producto.
Andreas Ludwig Kalcker fue detenido en España en octubre de 2012 por un presunto delito contra la salud pública, mientras daba una charla para promocionar y vender el MMS. Esta sustancia fue prohibida en le país europeo para el consumo humano y señalaron que el supuesto poder curativo no es más que un “mensaje fraudulento”.
Un caso ligado es del médico Amílcar Huancahuari, quien siendo jefe del Comando COVID-19 de la región Ayacucho, pidió repartir a la población el dióxido de cloro asegurando una mejora considerable a los síntomas del nuevo coronavirus.
“Esos frasquitos de solución de dióxido de cloro deben distribuirse a todos los que presenten síntomas de COVID-19, a los que tengan dolor de garganta, fiebre, dolor de cabeza y hasta dificultad respiratoria. Ya se ha ido probando con personas con COVID-19 y estas han mejorado notablemente”, comentó Huancahuari en conferencia de prensa. Tras este hecho, fue separado del cargo.
Con la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19), muchas personas en el Perú y en el mundo usan este falso medicamento sin considerar las consecuencias a la salud que podrían ser mortales.
El dióxido de cloro es uno de los insumos de la limpieza industrial. El presidente del Sector de Docencia e Investigación del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, William Cortez, en conversación con La República sostuvo que es una sustancia química que se utiliza normalmente para blanquear pasta de papel, fibras textiles y también como un desinfectante”.
Este producto ha sido vinculado como tratamiento contra el coronavirus por su poder antibacteriano y desinfectante, sin embargo, si las personas infectadas lo usan empeorarían su situación. Señala que ingerirlo sería “como tomar lejía”, lo que generaría problemas a nivel gástrico, graves reacciones renales y problemas pulmonares.
“Podría producir irritación en la boca, asimismo, irritación en el esófago, en el estómago, vómitos y diarreas. (...) Puede producir muchas reacciones adversas, no solamente a nivel gástrico, sino también a nivel cardíaco y hematológico”, remarcó el especialista sobre el dióxido de cloro.
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