En un reciente artículo, la BBC Mundo sostiene que el nivel de protestas en el Perú no genera el impacto como en otros países latinoamericanos, a pesar de que a los peruanos “les sobra los motivos para protestar” y así lo reflejaron en las 11.600 manifestaciones que se registraron del 2008 al 2018, según la Defensoría del Pueblo.
Asimismo, se precisa que esto se vio reflejado en la reciente salida de prisión de la excandidata presidencial Keiko Fujimori del penal Anexo de Mujeres de Chorrillos el último viernes “donde menos de mil personas salieron a protestar”.
En efecto, la publicación señala que a pesar de que existen varias protestas en diferentes regiones del Perú “estas protestas rara vez se han articulado en manifestaciones nacionales”.
“Al igual que en otros países de la región, mientras los sectores más afluentes han multiplicado sus ganancias, un gran porcentaje (40%) de la celebrada nueva clase media es bastante precaria y vulnerable al actual estancamiento económico”, se lee en la nota.
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Del mismo modo, dichas manifestaciones se ven reflejadas por el despojo de tierras y fuentes de agua, así como por la contaminación que producen empresas mineras transnacionales que afectan a los más pobres.
Otra causa señalada es la falta de “un sistema de partidos mínimamente institucionalizados” provocando un amplio distanciamiento con los electores y ciudadanos peruanos a quiénes poco a poco les deja de importar la política de su país.
Según el artículo “no es difícil entender que el Perú sea el país latinoamericano que más desconfía de su Congreso, y el tercero con mayor desconfianza hacia su sistema de partidos y Poder Judicial”.
En otro momento, la publicación precisa que a pesar del notorio crecimiento económico, la frustración e ineficacia de entidades institucionales producen las protestas en los peruanos siendo uno de los países donde más protestas hay.
“Año tras año, los reportes del Latinobarómetro confirman que el Perú es uno de los países de la región -junto a Bolivia y Argentina- donde más gente participa en protestas", precisa la nota.
Posteriormente, la BBC señala diversos aspectos que hacen que los peruanos salgan a protestar. En primer lugar, se encuentra la informalidad laboral donde hay varios hospitales, colegios y centros sociales que aún no se construyen.
Otro tema es la lucha contra la corrupción. Y es que debido a los últimos escándalos (como los audios que mostraron los vínculos entre jueces, fiscales y empresarios) los peruanos muestran su desprecio a la clase política -que según la percepción de estos- poco o nada hace para revertir la situación.
Por otro lado, el medio indica que otra vertiente de las débiles manifestaciones se debe a “un gobierno débil que negocia y sede” ya que considera que el actual presidente Martín Vizcarra retrocede en sus decisiones debido a que no tiene ni bancada, ni partido, ni aliados poderosos que lo defiendan. “Su gobierno reprime la protesta pero, en comparación con los gobiernos previos, ha limitado el uso de la represión -al menos hasta ahora”.
El artículo manifiesta que otra causa es la debilidad de la sociedad civil, ya que a diferencia de las manifestaciones en Chile y Ecuador (donde las protestas son más espontáneas y con “un musculo organizativo”) en Perú “existen organizaciones precarias a nivel local que son funcionales para las miles de protestas locales”.
Uno de los ejemplos que coloca el artículo sobre marchas que se realizaron en Perú es la que se hizo contra la ‘Ley Pulpín’, la cuál buscaba reducir los derechos laborales de los jóvenes. Debido a eso, se organizaron cincos protestas masivas que al final consiguieron que se derogue la ley. Pese a ello, los comités y agrupaciones que se formaron en ese momento se fueron perdiendo con el tiempo.
Finalmente, la nota resalta que los peruanos empiezan a ver la carcelación a los políticos como un mecanismo de justicia debido a los actos de corrupción descubiertos como las coimas de Odebrecht y los aportes millonarios de empresas nacionales. Demostrando que la sociedad peruana carece de organizaciones robustas y “que lo más probable es que si se diese un estallido, este fuese violento pero efímero”.
Hubo 11.600 protestas en el país entre el 2008 y el 2018, de acuerdo a lo informado por la Defensoría del Pueblo. Siendo el 23% de ellas las que se produjeron con algún acto de violencia. En Lima, se realizaron 1.120 protestas por temas que aún no se mejoran, referidas a la informalidad, la lucha contra la corrupción, la confrontación entre los Poderes del Estado, entre otras.
Cabe destacar que las protestas forman parte de un derecho ciudadano, como lo estipula el artículo 12 del máximo ordenamiento legal del país como la Constitución Política del Perú. Así como el artículo 15 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Sin embargo, el segundo gobierno de Alan García (2006-2011) dejó 191 fallecidos en conflictos sociales.