En el ojo de la tormenta. El esposo de la congresista de Fuerza Popular Yeni Vilcatoma, Manuel Elera, contrató con instituciones del Estado por 80 mil soles, pese a que la ley lo prohíbe.
Manuel Elera prestó servicios a la Contraloría General de la República entre mayo y octubre de 2017 por un monto que sobre pasa los 39 mil soles.
De acuerdo a un informe de Latina, el esposo de la fujimorista Yeni Vilcatoma, quien fue un suboficial de la Policía Nacional, se graduó en la carrera de Derecho en febrero de 2017.
En mayo siguiente, pidió su baja de la institución castrense, y ese mismo mes, Elera obtuvo su primer contrato con una institución del Estado en calidad de “experto en temas legales”, solo tres meses después de haberse graduado.
En efecto, en dicho mes fue contratado para brindar servicios a la Contraloría General de la República por cinco meses, llegando a ganar 39,333.33 soles.
En mayo de 2017, el esposo de Yeni Vilcatoma suscribió un contrato con la Contraloría por 5,000 soles; en junio, el convenio fue por un monto de 4,833.33 soles.
En julio, el contrato fue nuevamente por 5,000 soles, mientras que en agosto el monto del trato fue de 9,500 soles. Finalmente, en octubre de 2017, Manuel Elera suscribió un contrato por 15,000 soles, pese a estar inhabilitado, por ley, para contratar con el Estado.
El esposo de la congresista Yeni Vilcatoma, además de contratar con la Contraloría, suscribió también contratos con la Municipalidad de Lima, el último de los cuales fue pactado el 10 de julio pasado.
Manuel Elera recibió por estos contratos con la Municipalidad de Lima pagos que oscilaron entre los 4,000 y los 6,000 soles durante algunos meses, pese a que la ley lo restringía para ofrecer sus servicios al Estado.
Explicando el tema, la Municipalidad señaló que el esposo de Yeni Vilcatoma presentó una declaración jurada de no estar inhabilitado o impedido para contratar con el Estado, pese a su vínculo con la parlamentaria de Fuerza Popular.
Confrontada con las contratos entre su esposo y el Estado, la congresista Yeni Vilcatoma se limitó a responder al citado medio que la revelación periodística representaba una “persecución política”.
“Esto es un claro acto de persecución”, dijo la legisladora, quien, antes de culminar su mandato como vicepresidenta del Congreso, coordinó con sus compañeros de bancada y también vicepresidentes, Leyla Chihuán y Segundo Tapia, para prorrogarse los beneficios que, como miembro de la Mesa Directiva, le correspondían, pero que al salir de la dirección del Legislativo, ya no debería tener.