"La PUCP infringió la Ley de Protección de la Economía Familiar respecto al Pago de Pensiones y las devoluciones no son por pura benevolencia, son un deber".,Agradezco infinitamente el paso que tuve por la PUCP. En mi época universitaria crecí como persona, no solo intelectualmente, sino socialmente, emocionalmente... puedo decir que le sacamos el jugo a nuestro paso por los Estudios Generales y, en mi caso, por la facultad de Ciencias Sociales. Egresé, me gradué y me licencié con distintas promociones con las que compartí experiencias enriquecedoras gracias a la política universitaria y a los espacios que se nos abrieron. Pero esa es solo una parte. Gozar de estos privilegios de universidad privada implicaba un duro golpe a la economía de los alumnos. Además, en el año 2012 fui presidenta de la Federación de Estudiantes de la PUCP y conocí de cerca la realidad de otros estamentos: trabajadores impagos –porque antes del conflicto con el Arzobispado, la PUCP tampoco tenía dinero para pagarle a sus trabajadores– y, en general, alumnos descontentos, muchos en las escalas menos costosas, que hasta ahora trabajan y estudian para pagarse la pensión. Problemas en la reclasificación dentro del sistema de escalas de pensiones, deudas fraccionadas... una universidad que necesitaba y necesita oír más de cerca a quienes la conforman. Ya para el 2012, los estudiantes planteamos un reclamo ante Indecopi. En ese momento nos preocupaban las estrepitosas subidas en las boletas. Un año pagabas un monto y al siguiente 4% más, luego 6% más... imposible proyectar cuánto terminarías pagando por tu carrera. En Indecopi planteamos una violación del Código de Derecho al Consumidor por la falta de información sobre estos aumentos y recibimos solo al abogado de la universidad. Ninguna autoridad, ni el ya entonces rector Marcial Rubio, acudieron al llamado de esta entidad para conciliar. Seis años han pasado y resulta que ahora ya es una obligación (no un favor o un buen gesto) que la Universidad devuelva TODOS los cobros indebidos. La PUCP infringió la Ley de Protección de la Economía Familiar respecto al Pago de Pensiones y las devoluciones no son por pura benevolencia, son un deber. Ahora resulta penoso ver al rector Marcial Rubio, igual que años atrás, empujando a los alumnos y esta vez admitiendo: “Nos vimos en la imposibilidad de cumplir la ley”. Incumplir la ley no es una posibilidad. Venimos intentando que congresistas, jueces, fiscales y otros profesionales lo entiendan. Explotar los bolsillos de los alumnos ilegalmente nunca fue ni será una solución. Reducir costos superfluos y reorganizar el manejo económico de la universidad es algo que se pide hace décadas. No cabe la menor duda de que el señor Rubio ha sido un gran académico y abogado, pero tantos años en la gestión han demostrado que se necesitaba y se necesita mucho más que un renombrado intelectual para manejar una universidad de cara a sus integrantes. Mientras tanto, muchas alumnas y exalumnas seguimos esperando avances en las investigaciones con respecto a casos de acoso sexual y otros delitos contra las mujeres en la PUCP que tienen a más de un profesor en el banquillo de los acusados. ¿Será clara la PUCP a la hora de pronunciarse también sobre este tema?