Si Uruguay le otorga el asilo, todos esas declaraciones latinoamericanas de lucha contra la corrupción quedarán en letra muerta.,En toda América, “pendejo” es sinónimo de tonto, estúpido o imbécil. Sólo en Perú un pendejo es un tipo astuto, pero en el caso de AG es un astuto al que le importa un pepino el Perú con tal de salvar su pellejo y aliviar su megalomanía. Después de Brasil, el Perú es el país más embarrado por las granjerías de Odebrecht y otras empresas constructoras brasileñas que tuvieron como representante de ventas al propio expresidente Lula da Silva. Sin embargo, y siempre después de Brasil, la justicia en el Perú dio muestras de progreso con duras sanciones y detenciones preventivas a exmandatarios, ex primeras damas y líderes de la oposición, previa demolición de la mafia de jueces corruptos. Con el pedido de asilo, AG se puso al nivel del prófugo Alejandro Toledo. La diferencia radica en que si Uruguay se rinde al pedido de AG, la imagen internacional del Perú quedará afectada como país donde existen perseguidos políticos. AG sabe que su aventura tendrá un impacto económico negativo para el Perú. Pero no le importa. Si Uruguay le otorga el asilo, todos esas declaraciones latinoamericanas de lucha contra la corrupción quedarán en letra muerta. Lo indignante es AG convertirá al binomio Humala-Nadine y a la Sra. K en políticos “patriotas” porque se quedaron en el Perú para pagar sus culpas. Mientras que Toledo queda como el gran pendejo que logró escapar de la justicia. Y aquí ser pendejo es todo un mérito. Mientras tanto, los jueces y fiscales que se queman las pestañas investigando la corrupción pasarán a ser desprestigiados agentes judiciales de un país con perseguidos políticos. Lo peor es que AG manda ahora en la agenda política nacional. Mientras perdemos el tiempo siguiendo las movidas de este rufián, aquí suben las tarifas de los peajes, disminuye la recaudación tributaria minera, continúan los mortíferos accidentes de tránsito, aumenta el precio de la gasolina, los peruanos viajan hacinados en los servicios de transporte público, el servicio médico hace agua, crece la exportación de cocaína y la delincuencia actúa como en su casa. Sólo le pido a los uruguayos que se queden con AG y no lo devuelvan nunca.