El Perú es más grande que la corrupción, pero es una demanda patriótica combatirla. Si se puede contra esa cabeza de la hidra, podremos contra las demás.,El congresista Moisés Mamani, tras haber sido bajado a la fuerza de un avión de LATAM por haber frotado sus palmas con los glúteos de una aeromoza, declaró que había tenido un problema de “descomposición”. Su lapsus era más elocuente de lo que parece en primera lectura. ¿Por qué en pleno colapso de Fuerza Popular a uno de sus congresistas se le iría la mano en un transporte público? Dudo que sea tan solo expresión de su descontrol de impulsos, machismo primario y embriaguez física o mental. Todo eso debe estar involucrado, y más. Pero también, por el momento tan crítico que ha elegido para dar rienda suelta a sus pulsiones más violentas contra las mujeres, podría ser un emergente de lo que está ocurriendo en el seno del grupo político al cual todavía pertenece. En su “Breviario de Descomposición”, Emil Cioran escribe: “Toda idea es neutra, o debería serlo; pero el hombre la anima, proyecta sus llamas y sus demencias; impura, transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta la forma de un acontecimiento: se consuma el pasaje de la lógica a la epilepsia… Así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas”. Con sus principales líderes encarcelados o camino de estarlo, los demonios salen de sus madrigueras. Es paradójico, sin embargo, que hasta el momento no se rompa la bancada. La que sí lo hace, en cambio, es la todavía conocida como PPK (un significante cada día más vacío). Se deshilacha y sus integrantes se apartan como si al centro hubiera un núcleo tóxico. En realidad lo que sucede es que ya no hay nada. Lo mismo que hace que FP se mantenga unida a pesar de que su poder se desvanece, es lo que hace que los integrantes de la bancada “oficialista” se dispersen: la necesidad de supervivencia. Hay que reconocerlo: la realidad de la política peruana está haciendo innecesario endeudarse para viajar a las montañas rusas del Magic Kingdom en Orlando, Florida. El fiscal Pérez ha conseguido que el juez Sánchez ordene el impedimento de salida de Alan García por 18 largos meses. No serán unas vacaciones forzosas. JDP ha demostrado que trabaja sus expedientes con inusual profesionalismo. El ex viceministro aprista Jorge Cuba, en prisión, ha declarado, de manera figurada, que no tiene vocación de Agustín Mantilla. Los peruanos asistimos a este proceso de transformación del poder corrupto que ha reinado en nuestra política y en el PJ, con asombro y esperanza. También con angustia. ¿Hasta dónde puede llegar esta justicia que parecía inalcanzable? No es perfecta, seguro, pero es inmensamente superior a la impunidad a la que estábamos resignados. El nivel del fiscal Pérez y el juez Concepción Carhuancho, su entereza ante los poderosos, incluido el FN Chávarry que se desmelena para servir a sus amos, es admirable. El Perú es más grande que la corrupción, si me permiten la paráfrasis. Pero es una demanda patriótica combatirla. Si se puede contra esa cabeza de la hidra, podremos contra las demás.