Alan García amenaza acabar con la liquidación del Apra.,Alan García anuncia que volverá a conducir al Apra como si alguna vez hubiera soltado el timón y, con expresión delirante, amenaza con postular otra vez en 2021. “El reclamo del Perú es reconstruir el partido”, proclamó en el local aprista de La Molina, como si el país en verdad reclamara la reaparición de una agrupación de gran pasado, presente escuálido y futuro incierto porque García demolió su organización pero, principalmente, su reputación. Dice que regresa porque la dirigencia ha deshecho al Apra: “Los conozco, sus conflictos, pequeñeces, odios; dejarían dividir al niño en dos pedazos con una espada. ¡Por eso vuelvo!”. Pero hasta el más distraído espectador sabe que García, incluso desde Madrid, nunca dejó de mangonear a la dirigencia formal del Apra a través de Mauricio Mulder, al margen de una militancia cada vez más consciente de que el expresidente destrozó el partido al convertirlo en instrumento de sus necesidades particulares y no de las del colectivo. El desprestigio se profundizó por la alianza fujialanista en el congreso con un fin exclusivo de salvataje judicial, la cual acabó de ‘Kemar’ al Apra. Por último, García dejó entrever que postularía en el año 2021: “Hay que morir en el intento, no sé qué éxito tendremos, pero las grandes causas uno no las emprende porque está seguro de que va a tener éxito”. Nunca se puede hablar de muertos en la política peruana, pero la posibilidad electoral de García es muy baja o casi nula debido a su desprestigio por la asociación que la ciudadanía hace de él con la corrupción. Por eso, el Apra va de tumbo en tumbo electoral con una representación en la última década que es esquelética: solo cuatro congresistas en 2011-2016 y cinco en 2016-2021. El desempeño electoral aprista en la última campaña fue especialmente penoso, con autoridades electorales amañadas para beneficiar a García, eliminando candidatos y estableciendo –escandalosamente un día antes de la votación– porcentajes para que el Apra no perdiera el registro. ¿Por qué vuelve García? ¿Comprarse un huachito por si algo pasa en el 2021? ¿Escudo para los juicios que pueden venir? ¿No saber qué hacer en medio de la frustración de ser un expresidente tan desprestigiado? Este ‘retorno’ de Alan García a donde en realidad nunca se había ido, solo va a terminar de liquidar al Apra, salvo que la oposición interna a su autoritarismo y ego colosal lo derroten para poder construir el partido moderno y al servicio del Perú que demandan sus militantes y el país.