Los fujimoristas, a la orden de Keiko, siguen además con la ofensiva de gobernar el Perú desde el legislativo, desbalanceando absolutamente los poderes en una democracia. ,Los fujimoristas le están robando al Perú ya de manera vulgar y descarada. Ya no un robo indirecto a través de los lobbies para perdonarle deuda millonaria a una empresa aérea, o para no aprobar las etiquetas octogonales en los alimentos que ayudarían a la salud de los peruanos pero que disminuiría ventas para los industriales, o permitiendo que las transnacionales dejen de pagar millones en tributos que eluden porque al fujimorismo no le ha dado la gana de aprobar la vigencia de la Norma XVI anti-elusión. Ahora nos están robando directamente en la cara y la líder de la banda de sinvergüenzas con los que ha copado el Congreso encima defiende el robo. Los fujimoristas, a la orden de Keiko, siguen además con la ofensiva de gobernar el Perú desde el legislativo, desbalanceando absolutamente los poderes en una democracia. Y Vizcarra tiene toda la responsabilidad. Si lo que estaba haciendo era esperar un mejor momento para fortalecerse y frenar el avance déspota y abusivo del fujimorismo, se está tardando demasiado. Esta semana se supo que el Congreso gastará este 2018 el doble (100 millones) de lo que gastó el año pasado (50 millones) en contrataciones. Y mientras el congreso fujikakista se pachamanquea con frigobares y televisores con el sudor de la frente de los peruanos que les pagamos su sueldo y gollerías, estos impresentables han planteado un proyecto de austeridad para el ejecutivo ordenando a 10 instituciones del Estado recortar sus gastos que deberán ser aprobados por el Congreso (https://bit.ly/2kricU2). Esto empezó con la cesión de Vizcarra en su primera aparición pública con el fujikakismo, aquella vergonzosa foto con Galarreta en Palacio de Gobierno anunciando que la Contraloría no tendría oficina dentro del parlamento. Ahora vemos las consecuencias de tamaña concesión. Alguien tiene que detener este robo institucionalizado y le corresponde a Vizcarra actuar. Basta de medias tintas y gestos de camaradería. Si Vizcarra no detiene esto ahora, será demasiado tarde. Y es que esta semana también ha quedado claro y prístino cómo es que el mayor grupo del parlamento ya no tiene ninguna vergüenza ni se molesta siquiera en urdir una coartada para defender el escandaloso lavado de dinero de las cooperativas con las que están directamente vinculados varios fujimoristas. Más de 9 mil millones de soles que nadie fiscaliza y que el fujikakismo se opone a que se fiscalicen. Hay al menos 21 denuncias en la Fiscalía. ¿A quiénes protegen con tal descaro? No es coincidencia que la Universidad Alas Peruanas de los Ramírez haya sido creada por una cooperativa: Cooperativa de Servicios Múltiples Alas Peruanas cuyo gerente general es Fidel Ramírez, tío y socio de Joaquín Ramírez, exsecretario de Fuerza Popular y principal financista de Keiko; pero además, ambos, Fidel y Joaquín, son investigados por la agencia antidrogas de EEUU (DEA)“por negocios aerocomerciales vinculados a una presunta red de lavado de dinero del narcotráfico”. Además, el estudio de abogados de la familia del kongresista Miki Torres, tiene 18 cooperativas como clientes. Y Letona acusada de recibir dinero de una cooperativa para su campaña (https://bit.ly/2KUO2U5 y https://bit.ly/2J42nQT). El presidente, por omisión en este caso, está haciéndose responsable de dejar que sus “aliados” políticos sean lavadores de dinero vinculados al narcotráfico y por ende valida la infiltración ya patente del narcotráfico en nuestra política. Nefastas consecuencias nos esperan en seguridad, crimen y la pocilga en la que están convirtiendo el espacio de la función pública. Vizcarra no puede lavarse las manos. Esto es grave. Y no es solo acerca del dinero y del narcotráfico. También lo intangible. Hay una nueva ofensiva en marcha para intentar reescribir la historia de crímenes de la época del terror. Esta ofensiva, esta vez liderada por el garabato de humano de Donayre, no tiene nada de ligera, inocente o ignorante. La derecha peruana a la que los Derechos Humanos le parecen una cojudez no ha dejado nunca de intentar borrar los crímenes de quienes no siendo terroristas actuaron como ellos en esta era del terror. Una y otra vez, boicotearon la CVR, bloquearon la verdad de la enseñanza escolar, y no van a parar nunca de intentar manipular la verdadera historia para salvar a los terroristas del Estado que mataron tanto a inocentes como Sendero. El problema no es tanto que lo intenten, sino que haya tembleques como la ministra de Cultura o el propio Vizcarra incapaces de defender lo nuestro, nuestra Historia, nuestra Verdad, nuestros muertos y la sangre de inocentes. ¡Basta, ya! Vizcarra, reacciona, o será tu responsabilidad absoluta el robo de nuestra gente, de nuestra memoria y de nuestro futuro.