Vizcarra pide que lo evalúen recién el 23 de setiembre., Cada presidencia tiene su estilo y la de Martín Vizcarra tiene, como uno de sus rasgos, no apurarse y decidir con calma y plazos mayores a los usuales en Palacio. La primera expresión de una cierta parsimonia fue al jurar la presidencia y anunciar que, recién en diez días, designaría al gabinete ministerial, lo cual cumplió con rigor. En esa línea, el presidente Vizcarra acaba de pedir medio año para demostrar que cumplirá con los objetivos que ha ofrecido, especialmente sobre reactivación y reconstrucción. “Dennos seis meses. Son tan complejos los problemas que no podemos decir que en dos o tres meses se van a notar las medidas. En seis meses van a notar que hay un cambio en la situación de la atención a estos problemas”, dijo Vizcarra. Aunque lo dijo el 6 de mayo, cuando ya iban 45 días de su presidencia, se asume que el plazo corre desde el día que arrancó su gobierno, con lo cual la fecha en que este vencerá es el 23 de setiembre, a dos semanas de la elección municipal-regional. Tradicionalmente, a las presidencias se les realiza la primera evaluación a los 100 días, lo cual sin duda se hará de todas maneras, aunque nadie se ha hecho problema con los 180 días solicitados por Vizcarra. Esta comprensión es una expresión de la buena onda que el país aún le tiene a Vizcarra. Su aprobación, según Datum, es de 54% en mayo, casi igual que en abril, mientras que los otrora trogloditas congresistas de Fuerza Popular se han transformado en santas palomas y, cuando oyen al presidente pedir su evaluación en seis meses, seguro preguntan ‘¿por qué tan rápido, no quiere un añito mejor’? Medio año es un plazo válido para identificar bien sus aún algo generales objetivos y probar su carácter cuando venga la primera gran crisis. El veloz relevo de Daniel Córdova fue, por lo pronto, una demostración de reflejos rápidos ante una pequeña crisis. Barack Obama le contó a David Letterman que, apenas dejó la presidencia, le dijeron que era ‘muy urgente’ cerrar el contrato con la editorial que publicaría sus memorias, y él respondió ‘entonces reunámonos esta tarde’, a lo cual le dijeron que ‘no es taaaaan urgente, puede ser en dos semanas’. El ya ex presidente comentó: ‘En mi anterior empleo, cuando algo era muy urgente, o decidía en 15 minutos o moría mucha gente’. No está mal que el presidente Vizcarra persuada al país de su estilo calmado, aunque haga recordar el chiste ese de la ‘siesta moqueguana’ —después del desayuno—, si eso permite avanzar con más seguridad.