Con bastante poder pero con mucho más desprestigio.,El 26 aniversario del golpe del 5 de abril, la fecha emblemática del fujimorismo, lo encuentra con mucho poder pero con más desprestigio porque, en vez de democratizarse, continúa las prácticas de alcantarilla y escaso respeto por la institucionalidad, del partido que Alberto Fujimori fundó en 1990. El fujimorismo está hoy compuesto y fraternalmente enfrentado en una lucha vale todo por sus dos hijos que decidieron utilizar la herencia de su capital político: Keiko con Fuerza Popular y Kenji con Cambio 21. Cuando parecía que, entusiasmado por haber sacado a su padre de la Diroes gracias a un trato con Pedro Pablo Kuczynski que lo salvó de la primera vacancia pero lo enterró en la segunda, Kenji arrinconó a su hermana Keiko, obligándola a sacar su mejor artillería y montar una celada con los keikoaudios inspirados en los vladivideos para matar dos pájaros de un tiro. El plan incluía también grabar a Alberto Fujimori, a cuya casa tocó la puerta Moisés Mamani. Un pájaro fue PPK, a quien forzó a la renuncia ante la inminencia de su vacancia. El otro fue Kenji, a quien desplumó y ahora se apresta a expulsarlo del congreso —junto con varios de sus ‘avengers’— con el fin de incorporar a los accesitarios para recuperar la mayoría del parlamento, así como, eventualmente, devolver a su padre a la Diroes. Esa movida propia del desagüe busca no solo el control absoluto del congreso que Keiko había perdido, sino sumarlo al control del gobierno gracias al plan armado alrededor de la vacancia de PPK y que ha producido la presidencia de Martín Vizcarra con un gabinete conversado y supervisado por Fuerza Popular. Abundan las versiones de que el premier César Villanueva sometió la designación del nuevo consejo de ministros a consulta de Fuerza Popular, y el propio congresista Miki Torres lo reconoció ayer en Perú.21 cuando le consultaron si le preocupa la presencia de gente de izquierda en el gabinete y contestó: “No. De hecho, me preguntaron antes del nombramiento y yo dije que no pasaría nada, nadie está vetado”. Al manejo del congreso y del gabinete agrega la intención de controlar el TC, el CNM y el Ministerio Público para evadir las investigaciones a Keiko Fujimori, incluyendo las próximas denuncias de Kenji, y allanar su camino a la presidencia en el 2021. Y en lo ideológico, Fuerza Popular ha cambiado el guion del padre: Keiko Fujimori es ahora conservadora y hasta cucufata en política, y populista en economía.