Keikovideos sintetizan el último año y medio del país.,Los dramáticos ‘incidentes’ de la última semana que derrumbaron al régimen de Pedro Pablo Kuczynski sintetizan, como el tráiler de una película, la tragicomedia vivida en el Perú durante el último año y medio. Sería la película de un país entrampado entre un gobierno con una alta impericia, y una oposición dispuesta a todo para bajarse al presidente por sed de venganza, con la corrupción como telón de fondo y factor crucial para explicar lo que hacen y no hacen los principales actores políticos. Estos ‘incidentes’ son, obviamente, los ‘keikovideos’, que es como se les debe llamar a los registros con cámara escondida encargados por Keiko Fujimori a su topo el congresista Moisés Mamani cuando pensó que no tenía los votos para vacar a PPK, del mismo modo como el coronel Roberto Huamán grabó los vladivideos por órdenes de Vladimiro Montesinos. Así fue como Keiko Fujimori, usando a Mamani, logró el objetivo central de su vida desde que el 5 de junio de 2016 perdió la segunda vuelta frente a Kuczynski, a través de un operativo que resumió tan bien este año y medio que pasó en el Perú. Por un lado, Fuerza Popular con la vocación de moverse por las alcantarillas con tal de alcanzar su objetivo. Desde el bambeo de los audios sobre el piloto Jesús Vásquez en el tramo final de la campaña, hasta la celada tendida por el equipo de Keiko Fujimori para derribar a la alianza a la que se enfrentaba conformada por el gobierno y los avengers, el método es el mismo y recoge las lecciones tenebrosas de Vladimiro Montesinos. Tanto el sector de Kenji como el de Keiko, han confirmado con los keikovideos que el apellido Fujimori está, lamentablemente, vinculado, durante las últimas tres décadas, al juego político sucio y corrupto. Incluso, como ha hecho notar Kenji, el objetivo de Mamani era grabar al propio Alberto Fujimori. Es decir, ni hundir al padre sale del libreto en esta familia sorprendente. Por el otro lado, está un gobierno como el que presidió Kuczynski, que demostró una permanente impericia política que, en el tramo final, se aunó a la desesperación, lo cual quizá explique el comportamiento del ministro Bruno Giuffra, cuya ingenuidad será recordada como el catalizador de la caída de la presidencia de PPK. Los keikovideos son como el tráiler que resume bien la película de lo que pasó en este año y medio lamentable, con el comportamiento rufianesco de FP, la respuesta chambona y penosa del gobierno de PPK, y el telón de fondo de la corrupción imparable, casi como el paisaje natural del Perú.