La frase va al encuentro del rumor según el cual Alberto Fujimori habría logrado convencer a un nuevo grupo de congresistas de Fuerza Popular para que se abstengan de votar por la vacancia.,El trío paseando en los triciclos llamados anconetas, inaugurando juntos pistas y veredas del balneario. La veraniega imagen de Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz es presentada como un equipo de gobierno cabal, y posiblemente una advertencia a los revocadores: no hay reemplazo de PPK, los tres se irán juntos, con la crisis del caso. La reunión y la foto son parte de los esfuerzos por desilusionar a los promotores de una renuncia y por evitar el intento de vacancia que está en marcha. Sobre todo se trata de desactivar el escenario según el cual llegado el momento Vizcarra aceptaría ser el presidente de reemplazo, para empezar un mejor gobierno. Los esfuerzos van más allá de este paseo, e incluyen diversas formas de proactivismo: movida en dirección de un aumento del salario mínimo vital, tirarle fuerte la puerta en las narices a Nicolás Maduro, denuncias para aislar a la que llaman extrema izquierda, concesiones simultáneas un magisterio en pre-huelga y a las universidades chicha. Si es cierto que los tres están firmemente sentados sobre sus anconetas, entonces todo el tema de la vacancia se complica. Sobre esto Jorge Morelli, de Expreso, tiene una frase interesante: “Parece que FP reconsiderará la riesgosa idea de ir a un segundo intento de vacancia. Más le valdría no ir en absoluto, porque se expone a una segunda ruptura”. La frase va al encuentro del rumor según el cual Alberto Fujimori habría logrado convencer a un nuevo grupo de congresistas de Fuerza Popular para que se abstengan de votar por la vacancia. No olvidemos que hay más de un partido dividido por este tema. En consecuencia las sumas y restas de esa votación no son realmente firmes. Una voz que sugiere como van las cosas es la de la izquierda, que hoy acusa a PPK de oportunismo, pacto con Fuerza Popular, populismo económico, baja aprobación, y otros. Deberían tomar en cuenta que un político que se defiende de la vacancia con uñas y dientes nunca es un bonito espectáculo. En esa fealdad PPK incluso se queda corto. Pero hay una campaña más fuerte, que no viene solo de la izquierda, que asegura sin sombra de dudas que PPK será inevitablemente vacado en un plazo brevísimo. Lo más cautos dicen meses, pero hay quienes incluso hablan de horas, mientras contemplan fijamente sus relojes.