El indulto a Alberto Fujimori ha desempolvado la vieja batería de falsedades que los operadores del fujimorismo han construido con el paso de los años para reescribir la historia a su favor. La gran mentira necesita pequeñas mentiras para sostenerse, y juntas forman un frágil castillo de naipes: 1. Fujimori fue condenado por asesinatos no demostrados, a partir de un «silogismo complejo». Además, se ha probado que Martín Rivas actuó por cuenta propia en La Cantuta. La «autoría mediata» es una teoría jurídica que sirvió para juzgar a los jerarcas nazis, entre otros. Considera como autor de un delito a quien no obra por sí mismo, pero utiliza a otras personas para cometerlo. Antes de La Cantuta, el grupo Colina participó en 6 operaciones (Lima, el Santa, Huaura, Pativilca, Huacho y Barrios Altos), donde murieron 42 personas, entre ellas un niño de 8 años. Aunque fueron documentadas por la prensa, el gobierno no lo desarticuló y más adelante pretendió amnistiar a sus integrantes. 2. La Corte Interamericana de Derechos Humanos es el brazo jurídico del comunismo y Fujimori su perseguido. Supongo que cualquier magistrado tiene sus simpatías políticas. Pero este argumento simplista pretende desprestigiar a un colegiado que emite sentencias estrictamente jurídicas. Algo similar hizo Hugo Chávez desde la otra orilla, cuando retiró a Venezuela del sistema continental de Derechos Humanos argumentando que la Corte era empleada por el «Imperio». Por cierto, el proceso de denuncia del Pacto de San José tarda un año y no desliga al Estado de los casos ocurridos antes del retiro. 3. Quienes protestan por este indulto callaron cuando los gobiernos de Paniagua y Toledo indultaron cientos de terroristas que no estaban en fase terminal. La Comisión Ad Hoc de Indultos fue creada en 1996 por iniciativa del Presidente Fujimori y del Defensor del Pueblo Jorge Santistevan, en un reconocimiento de los abusos judiciales que se cometieron durante la lucha antisubversiva, donde muchísimas personas fueron encarceladas injustamente. Para presidirla se escogió a una personalidad como el padre Hubert Lanssiers, gran conocedor de la problemática carcelaria. Durante el gobierno de Paniagua fueron liberadas 227 personas y en el de Toledo 131, cifras que empalidecen ante las 535 liberaciones de firmó el mismísimo Alberto Fujimori. Si se escogió el camino de la gracia presidencial fue porque permitía hacer justicia para estos inocentes más pronto que con un nuevo proceso. 4. Alberto Fujimori no estuvo preso por corrupción. Fujimori está condenado por violación a los Derechos Humanos y usurpación de funciones, pero también por apropiarse de 15 millones de dólares para pagar la CTS de Montesinos (peculado), y por numerosos casos de corrupción: el espionaje telefónico, el soborno a los medios de comunicación, la compra de congresistas tránsfugas y el pago a los diarios chicha. No hubo juicios porque Fujimori prefirió allanarse a los procesos, admitiendo los cargos y aceptando las sentencias que conllevaban.