Vacancia con golpe de estado institucional a toda marcha.,REJA cuál es la luz cuál la sombra Blanca Varela, Canto Villano (Lima: Arybalo, 1978). Los peruanos volvemos a estar en esa encrucijada que tan bien conocemos de optar entre el mal menor. Eso de peruanos es un decir, pues la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski la decidirán 130 congresistas por motivos que no tienen que ver con la acusación planteada y que es relevante: cobrar un honorario, mientras era ministro, a Odebrecht. Pero pese a no ser congresista, cada peruano tomará una posición ante ese dilema que afectará sus vidas. El presidente ha ofrecido una explicación insuficiente y la podrá desarrollar con más amplitud el próximo jueves en el congreso, pero nada de lo que diga decidirá esa votación –o ‘botación’– en la que gente sin moral decidirá sobre capacidad moral. Pocos negarán a estas alturas que Keiko Fujimori y Alan García iban a tumbarse a PPK de cualquier modo, aunque ahora han encontrado un motivo relevante, pero es obvio que esta vacancia es parte de un plan mucho más ambicioso que constituye un golpe de estado institucional. Los objetivos de ese golpe del fujiaprismo son una venganza contra los que ellos consideran que los han maltratado en el pasado; construir una reivindicación que los limpie ante la historia, buscando reescribirla; y lograr un control institucional que los ponga a gobernar con menos interferencia y les permita limpiar varios impasses jurídicos no resueltos. La vacancia fast track a PPK –antes de que Jorge Barata hable a los fiscales peruanos, lo que debe ocurrir antes de fin de mes, y ahí radica el apuro–, busca el objetivo de gobernar con más facilidad, poniendo a Martín Vizcarra a su servicio y botándolo si se desalinea. Ojalá él esté a la altura del desafío si finalmente le toca. Pero esa vacancia presidencial es solo parte de un plan mayor. Otra parte es el control del Tribunal Constitucional para que sus miembros fujimoristas que ya están instalados ahí decidan causas pendientes como, por ejemplo, las de los padres de Keiko Fujimori y Cecilia Chacón en las condiciones que ellas quieran. También, allanar el Ministerio Público para manejar investigaciones en camino que los angustian; avanzar en el embate a los pocos medios que aún no controlan; y lanzar desde la comisión Lava Jato el ataque final a los que el fujiaprismo considera enemigos. Como en la noche de los cuchillos largos, el fujiaprismo está por concretar su plan, y sobre eso –o principalmente sobre eso– van a votar o botar los 130 congresistas este jueves.