El ataque político de Keiko Fujimori ya está en marcha.,El allanamiento judicial de sus dos locales partidarios ha sido el catalizador para que Fuerza Popular lance toda su capacidad de demolición contra la presidencia de Pedro Pablo Kuczynski y las instituciones de control del país con el fin de compensar la pataleta sinfín de Keiko Fujimori por sus dos derrotas electorales consecutivas, así como para sobrevivir a la justicia por el caso Lava Jato pero, principalmente, por las investigaciones sobre vinculación con el narcotráfico de su ex secretario general y mecenas Joaquín Ramírez. Es un esfuerzo que cuenta con la complicidad del presidente Kuczynski por la imposibilidad de su gobierno de plantear una estrategia para enfrentar el embate político en marcha y sacar al Perú de la encrucijada en la que se le está poniendo, y que vaya más allá de solo declarar que el próximo año todo va a mejorar, que los problemas del país están en los medios de comunicación, y que él sería incapaz de hacer algo contra Keiko Fujimori, como dijo ayer en RPP. Las cosas no van a mejorar en el país si no hay una solución política al arrinconamiento institucional que FP ha organizado con el fin de superar sus propios dilemas. Es lo que está en marcha a través de varios mecanismos, como anuncia el consiglieri de FP, Miki Torres, cuando escribe que “no dejaremos que los enemigos de la democracia sigan haciéndonos creer que ‘justicia’ es igual a persecución política’”. Un mecanismo clave es la comisión Lava Jato manipulada por una congresista como Rosa Bartra, quien no esconde su intención de usarla como chaira política para blindar a sus patrones y atacar a sus rivales, lo cual cuenta con la complicidad no solo del Apra, sino también de la irresponsabilidad histórica de Acción Popular y la izquierda. Para que no parezca que FP está detrás el embate institucional, emplea a congresistas de otros partidos y, ahora último, a su topo Yeni Vilcatoma, a quien usan para plantear la renuncia de PPK a la presidencia, citar a su esposa a la comisión Lava Jato, o denunciar al fiscal de la Nación, y todo cacareado a través de entrevistas periodísticas tramitadas en los medios por Christian Peralta (a) ‘el koreano’, el jefe de comunicaciones del fujimorismo en el Congreso. Para el camuflaje del embate contra la institucionalidad también se usa a medios amigos, ‘ideólogos’ del arenal y un bien estructurado equipo de redes para lanzar ataques hediondos con mensajes que coinciden sincronizadamente con los que emiten los periodistas cercanos al fujimorismo y la bancada de FP.