Las grandes peleas y rupturas al interior de los manejos de poder en el Perú, tanto del Ejecutivo y del Legislativo, se dan solo por la búsqueda de fortalecer posiciones y debilitar al enemigo. Es un pulseo entre unos y otros con el objetivo de “aplanar” el camino de la lideresa de FP hacia el sillón presidencial. Así lo dijo hace un tiempo Cecilia Blume: “Estoy segura que Keiko quiere que le entreguen un país ordenado, más moderno y menos inequitativo”. La soberbia y la arrogancia se deslizan suavemente sobre el espíritu autoritario, egoísta e individualista de algunos peruanos. No hay diferencias ideológicas, sino quizás de clase entre unos y otros: se trata de una lucha entre el capitalismo achorado y el capitalismo refinado de la República Empresarial; un capitalismo que nace de las mineras ilegales y de los negocios dudosos —incluso los de la familia— contra un capitalismo bien asentado en nuestros suelos, con los negocios de los grupos Interbank y Romero fortaleciéndose (ver “Juegos de Poder” de Francisco Durand) y la apertura a las grandes inversiones extranjeras en extractivismos, sean canadienses o chinos. Sin embargo, como ha confesado involuntariamente la congresista Yesenia Ponce en Cuarto Poder: “Keiko la tiene difícil para el 2021”. El espontáneo movimiento antifujimorista medirá fuerzas nuevamente en las calles, pero sospecho, agotados ante el voto por el autoritarismo salvador. El neoliberalismo ha sembrado y está cosechando un sentido común temerario: dejar en manos del otro nuestro propio futuro y pensar que el caudillo soluciona mejor los problemas con mazo y tecnocracia. El presidente Kuczynski le está dando municiones al fujimorismo para ganar esta guerrita. El nuevo gabinete es un saludo ppkausa al keikismo de la mototaxi; así como un saludo al kenjismo el paseo por los interiores de Palacio. Con la investidura de los ministros D’Alessio y Vexler confirmamos otra hipótesis: los sectores conservadores en torno a las políticas de género se fortalecen al interior del gabinete. Por otro lado, con la presencia de Enrique Mendoza se tiene garantizado el indulto. Mendoza ha sido miembro al más alto nivel de todos los organismos judiciales del Perú; pero, asimismo, tiene precedentes dudosos según la investigadora del IDL y abogada Cruz Silva: “La decisión de nombrar a Enrique Mendoza en Justicia refleja con transparencia que no le importa nada la justicia y que en todo caso su único interés es el indulto a Fujimori y la impunidad en el caso Lava Jato”. Hay que reconocer la valentía y gran trabajo de la ex ministra Marisol Pérez Tello apoyando decididamente a las víctimas. Como lo ha señalado mama Adelina García de ANFASEP: “una ministra profesional con sensibilidad humana, quien siempre luchó y sacó cara por la gente humilde y necesitada de justicia”. Por el lado económico no hay ningún cambio: tanto Aráoz, como Cooper, Aljovín y Molinelli son funcionales al lucro de las grandes corporaciones, han traspasado las puertas giratorias de ida y vuelta varias veces. Mientras tanto, el viceministerio de Pueblos Indígenas niega una Consulta Previa por el Lote 192 solicitada por los indígenas de las Cuatro Cuencas, y el Ejecutivo presiona al Legislativo para aprobar el Proyecto de Ley N° 1718/2017-PE, que regula la obtención de inmuebles requeridos para ejecución de obras priorizadas, una especie de nueva versión de la derogada Ley 1333 que asienta en una roca al capitalismo por despojo que defiende este gobierno.