Se agravará la relación del gobierno con Fuerza Popular.,La tregua generada tras la visita de Keiko Fujimori al presidente Pedro Pablo Kuczynski en Palacio, poco antes de las fiestas patrias, ha llegado a su fin porque la jefa de Fuerza Popular (FP) decidió romperla. ¿Qué cambió en las seis semanas que han pasado para que eso ocurra? No la voluntad de PPK de crear un espacio político que le permita sacar adelante su gobierno. Sí, en cambio, la situación de Keiko Fujimori, quien en ese lapso está experimentando dos amenazas relevantes. Una es la posibilidad, mencionada por Mirko Lauer ayer en el programa 3D de La República TV, que el Tribunal Constitucional acepte la demanda de inconstitucionalidad de la ley antitránsfuga, lo cual obligaría a Keiko Fujimori a tener que negociar con su hermano Kenji, quien podría tener una subbancada de unas veinte personas, si es que no quiere perder la capacidad de mangonear el Congreso. El otro cambio en el escenario es el surgimiento de fundamentos para un par de acusaciones contra Keiko Fujimori por lavado de activos, entre otros delitos, derivados de Lava Jato y de Joaquín Ramírez, el ex secretario general de Fuerza Popular (FP) y gran financista de su campaña electoral. En ese contexto, FP ha puesto la palanca de cambio en retroceso para volver al escenario de confrontación abierta de antes de fiestas patrias, solo que ahora el deterioro del marco político del país puede ser peor. El objetivo no sería otro que inundar la escena política con un enfrentamiento con el gobierno que desplace las acusaciones a Keiko. Las expresiones del cambio de estrategia que implica romper una suerte de tregua –pues fue obvio que nunca habrá alianza– son, para empezar, el mensaje a la nación del viernes lleno de protesta y sin propuesta. También, la coincidencia escandalosa entre el fujimorismo y Movadef, y la interferencia para evitar un acuerdo del gobierno con los maestros. Asimismo, el anuncio de que se viene la interpelación a cuatro ministros: Salud, Educación, Justicia e Interior. El embate fujimorista, en coincidencia no solo con Movadef sino, también, con el Apra, viene fuerte y tiene el apoyo de las bancadas de los dos partidos y de algunos medios alineados con el objetivo de avanzar en el debilitamiento del gobierno de PPK. Un gobierno con muchas carencias, como el manejo de la huelga de los maestros o el enredo en que se metió y que ayudó a enfriar la economía, pero ninguna tan grave como la falta de una estrategia política tanto para defenderse del embate subalterno de FP, como para controlar la agenda nacional.