Chávez llega al gobierno de Venezuela como parte de la pendulación hacia la izquierda (1999) de la ola democrática que se inicia en los 80 del siglo pasado. En el conjunto de presidentes de izquierda se pueden diferenciar a aquellos que asumen una orientación socialdemocrática (Uruguay, Brasil, Chile) de los que asumen una orientación populista democrática. Desde una perspectiva política, los primeros asumen una representación partidista y social mientras los segundos se caracterizan por tener una representación personalista (Venezuela, Ecuador y Bolivia). Estos llegan al gobierno más como representantes del antisistema que como representantes de la izquierda. ¿Por qué a Ecuador y a Bolivia les ha ido más o menos bien y a Venezuela le ha ido pésimo? Hay varias razones que explican estos distintos resultados. Primera, pese a haber tenido la política social más agresiva de AL que redujo la desigualdad y la pobreza, su política económica ha sido y es mala, orientada principalmente a mantener el extractivismo. Segunda, el agotamiento del boom exportador de petróleo que afectó también a Ecuador, pero a Venezuela más porque es el único recurso de exportación. Tercera, las derechas venezolanas no son democráticas porque nunca han aceptado como legítimos los triunfos electorales del chavismo. Este carácter antidemocrático de las derechas las indujo a propiciar golpes y al gobierno chavista a responder con contragolpes. A la elección de Chávez el 1999, la derecha respondió con el golpe empresarial de Carmona (2002) que fracasó y luego (en 2004) con un referéndum revocatorio que Chávez ganó. En 2009 Chávez gana el plebiscito que aprueba la reelección indefinida. A la elección de Maduro el 2013, la derecha de Leopoldo López respondió el 2014 con el intento de golpe ciudadano, apoyado por todas derechas de AL. Maduro respondió con una movilización igual o mayor que la de los golpistas. En 2015 las derechas ganan la Asamblea Nacional y Maduro acepta la derrota y sólo cuestiona a cuatro representantes de la selva venezolana. La Asamblea Nacional, en lugar de esperar los plazos constitucionales para realizar las elecciones generales, llama el 2016 a un referéndum revocatorio que Maduro bloquea en forma autoritaria y convoca a una Asamblea Constituyente que las derechas tratan de bloquear con el intervencionismo de EEUU, de Europa y de AL. Está dinámica de golpes y contragolpes ha agudizado la polarización política, ha unificado a las derechas, le ha quitado apoyo popular al chavismo, ha dado origen al chavismo crítico, ha convertido al populismo democrático en populismo autoritario y sobre todo ha ido cambiando el régimen político. De democracia defectuosa, como casi todas las de AL, ha pasado a régimen autoritario y se encamina a la dictadura pura y dura. Estas transformaciones han sido hechas a pulso tanto por el chavismo como por las derechas. Ahora Venezuela tiene una dualidad de poderes (AN y AC). ¿Podrán coexistir? Teóricamente sí porque la AN es poder constituido y la AC es poder constituyente, pero en la práctica no porque ha dado origen a una situación de excepción (Schmitt dixit).