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Opinión

¡Que se vayan todos!, por Sinesio López

"No somos una nación. Las élites dominantes y gobernantes no han reconocido las demandas de las clases populares".

larepublica.pe
López

Es un clamor general. Más del 80% desaprueba a la presidenta y más del 90% detesta a los congresistas. Todas las regiones, incluida la conservadora Lima, todos los estratos sociales, incluidas las clases acomodadas, hombres y mujeres de todas las edades piden que se vayan todos y que haya elecciones adelantadas. La mayoría de los peruanos cree que el Gobierno de Boluarte es peor que el de Castillo. Lo dice en las encuestas y lo grita en las calles. ¿Con qué cara, con qué derecho y con qué moral quieren seguir en el Gobierno?

Desde diciembre del año pasado estamos viviendo una coyuntura crítica con vaivenes, pero siempre en ascenso. No tenemos una estabilidad relativa sino una turbulencia relativamente larga de intensidad variable. Una coyuntura crítica tiene estas características: visibilización de injustas estructuras subterráneas, ampliación de la conciencia social y emergencia de la acción colectiva y de los grandes protagonistas que buscan el cambio.

1. Visibilización. Los problemas estructurales subterráneos de larga y mediana duración salen a la superficie de la vida social. Los de larga duración que salen a flote son aquellos que no han sido resueltos en la historia republicana: No somos una nación. Las élites dominantes y gobernantes no han reconocido las demandas de las clases populares y, por eso mismo, no las han transformado en ley que obligue a todos y que nos haga sentir una comunidad nacional.

-No somos una república. El centro de una república clásica (Roma, las ciudades-repúblicas del medioevo y las repúblicas de la independencia norteamericana) era una comunidad de ciudadanos que buscan el bien común, las repúblicas liberales hacen compatible el bien común con el interés general, pero el neoliberalismo no reconoce ni el bien común ni el bien público porque los ha transformado en un negocio privado. La república sigue siendo una promesa incumplida.

-No tenemos un Estado capaz. Las élites gobernantes no han logrado construir uno que tenga todas las capacidades (buen diseño institucional y organizativo, burocracia calificada y recursos financieros) para atender bien las funciones que tiene en todo el territorio: educación, salud, justicia, seguridad.

-Nuestra economía no ha salido de la colonia. Ella se organiza en función de los intereses del mercado internacional y no de las necesidades de empleo, ingresos y de bienes y servicios de los peruanos. Tenemos que construir una economía con motor propio abierta al mundo.

Los problemas de mediana duración vienen desde hace 30 años con la imposición del neoliberalismo en el Perú:

-Instauración de una economía primario-exportadora y de servicios, desindustrializante y al servicio del capital internacional.

-Imposición del Estado neoliberal y neopatrimonial al servicio del mercado y los grandes grupos económicos, en desmedro del mismo Estado, de la sociedad y los ciudadanos.

-Transformación de una sociedad de clases en una sociedad de informales. En 1980 estos eran 40%, el neoliberalismo los ha duplicado. Una sociedad de informales no es viable.

-Destrucción del medio ambiente por la lumpen-burguesía informal y por las corporaciones extractivistas. Volvemos.