
La K de diktadura en el cartel VIP en la marcha de la CGTP en Lima es de una enorme elocuencia. Si el tema de estas protestas fuera realmente revivir a Pedro Castillo, la principal central obrera no debería estar marchando a favor del expresidente que la quiso estrangular. Esto sugiere con fuerza que el tema es otro.
Una parte muy importante del coro que en estos días reclama la renuncia de Dina Boluarte (CGTP incluida) considera que ella se ha embarcado en el fujimorismo para llegar a la presidencia. Tendríamos así una suerte de gran rebelión nacional contra el fujimorismo, la principal bancada del Congreso, cuya renuncia también se pide.
¿Por qué este rebrote del antifujimorismo, incluso por parte de fuerzas que han votado cómodamente a su lado durante lo que pronto serán dos años? Sin duda la caída de Castillo ha enfurecido a quienes seguían contentos por la victoria del chotano. Ahora son ellos, y ya no la derecha, quienes sienten que les han robado una elección.
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Así, la protesta de estas semanas parece organizarse como un king-kong. Hay una evidente retroalimentación de un sentimiento de indignación por las muertes. Luego hay un cálculo político-electoral disperso por el país, que necesita sacar de en medio lo que Boluarte y otras figuras de esta hora representan. O más bien representaban hasta hace poco.
Sin duda hay una porción ilegal y otra desacreditada en el conjunto de movilizaciones. No son los iniciadores, para usar una frase que ellos conocen bien, pero sí los aprovechadores. No son realmente antifujimoristas (¡Qué va!) sino más bien buscan debilitar toda forma de institucionalidad en los lugares donde operan, o quisieran operar.
Pero para la CGTP el antifujimorismo es más fuerte que su distancia respecto de los enemigos que vienen desde el aparentemente remoto Sendero Luminoso, pasando por Movadef, Fenate, y otra gente de Castillo. Quizás la central, sus federaciones y partidos concurrentes piensan que ese sector que reflotó Castillo ya está liquidado. ¿Lo está?
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¿Ayudaría a Boluarte tomar distancia del fujimorismo? ¿Pero para acercarse a quién? Le va a ir mal quedándose, pero mucho peor si parte ahora. Las multitudes y sus asolapados dirigentes están en un romance con la espiral de violencia, y eso solo va a terminar por cansancio.