El Helicoide de Caracas, concebido originalmente como un ícono de modernidad y progreso, se ha transformado en el símbolo más oscuro de la represión en Venezuela. Este edificio, con su arquitectura brutalista única, encapsula décadas de conflictos políticos y sociales, convirtiéndose en un centro de detención y tortura bajo el Gobierno de Nicolás Maduro. A través de testimonios de exreclusos y organizaciones de derechos humanos, se revela una realidad sombría detrás de sus paredes espirales: una donde prevalecen la tortura, la violación de derechos humanos y el silencio forzado.
El Helicoide se ubica en Caracas, extendiéndose sobre 101.940 metros cuadrados. Su diseño helicoidal fue una visión futurista de los arquitectos Jorge Romero Gutiérrez, Pedro Neuberger y Dirk Bornhorst en 1955, destinado originalmente como un centro comercial. Sin embargo, su función cambió drásticamente en 1984, cuando pasó a ser la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y escenario de innumerables historias de detenciones arbitrarias y violaciones a los derechos humanos.
El Gobierno de Nicolás Maduro utiliza el Helicoide como herramienta de represión política y control social. Al silenciar a disidentes y activistas mediante el miedo y la tortura, el régimen busca mantener su agarre en el poder, sofocando cualquier forma de oposición o protesta. Las detenciones arbitrarias y las condiciones deplorables de reclusión en el Helicoide son un reflejo de la erosión de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Venezuela.
En un reportaje realizado por la periodista Carolina Amoroso en TN Argentina, exreclusos comparten experiencias de terror, en las que la violencia, el miedo y la desesperanza son constantes. Sus historias, junto con las de otros que han pasado por El Helicoide, resaltan la urgencia de una intervención internacional para cesar las violaciones a los derechos humanos y liberar a los presos políticos.
Según afirman gran parte de expresos que pasaron por el Helicoide estas son algunos de los castigos que se perpetran en el lugar:
El Helicoide fue concebido en 1955, como parte de un ambicioso proyecto de modernización en Caracas. Su fin inicial era ser destinado para un centro comercial y fue halagado por artistas como Pablo Neruda o Salvador Dalí, quien incluso quiso exponer sus obras en el lugar. Sin embargo, su construcción se detuvo en 1961 debido a dificultades financieras y políticas, por lo que se dejó la estructura inacabada. No fue hasta 1984 que encontró un nuevo propósito como sede del entonces Servicio de Inteligencia y Prevención, marcando el inicio de su oscuro legado como prisión política.