El Callao es la única provincia constitucional del Perú, título que le fue concedido por ser un área histórica y comercial, la cual alberga a los puertos aéreo y marítimo más importantes del país. Ubicado a media hora del centro de Lima, la provincia chalaca reúne historia, gastronomía, playas, tradición, música y color que se disfrutan durante todas las temporadas del año.
El Callao fue fundado en 1537, solo dos años después de Lima, la capital peruana, y pronto se convirtió en el puerto más importante para el comercio español en el océano Pacífico. A la fecha, millones de peruanos y extranjeros conocen este alegre destino portuario, el cual tiene seis distritos en su jurisdicción. Las calles que fueron protagonistas del videoclip de uno de los temas del salsero Gilberto Santa Rosa son motivo de orgullo para los chalacos.
PUEDES VER: Este es el único país de Sudamérica que habla inglés y prefiere el cricket antes que el fútbol
Los espacios históricos que aún se mantienen abiertos al público, como la fortaleza de Real Felipe, guardan años de memorias y leyendas. La imponente edificación militar que sirvió para defender el puerto de ataques de piratas tiene aproximadamente dos siglos de antigüedad. Además, los mitos alrededor del atractivo turístico han atraído la curiosidad de miles de visitantes al Callao.
Los colores que ostentan las calles de la provincia del Callao son otros de sus encantos, ya que el arte urbano que decora las principales vías de la ciudad deja de lado el estigma de inseguridad que aún perdura.
Pese a toda la originalidad que se puede encontrar en el Callao, existe otro lugar con el mismo nombre en Venezuela, el cual cuenta con su propia magia y atracciones que cada vez llaman más la atención de turistas nacionales y extranjeros. Se trata de El Callao, un municipio ubicado en el estado de Bolívar.
PUEDES VER: Este es el único país de África que habla el español, como idioma oficial, y esconde un vínculo con Perú
El Callao de Venezuela se destaca por ser una ciudad multicultural, en la que conviven diversas mezclas de los afrocaribeños y antillanos. Hasta mediados del siglo XX, época en la que el territorio empezó a ser regulado por el Gobierno nacional, la mayor parte de la población hablaba inglés o idiomas criollos como el patois, el cual tenía influencias francesas, pero se fue perdiendo a través de generaciones.
Venezolanos, africanos, antillanos, ingleses, españoles, brasileños y franceses fundaron El Callao a mediados del siglo XIX tras llegar a la zona para explorar en busca de oro y otros minerales.
Uno de los sucesos más resaltantes ocurridos en el municipio fue en 1876, cuando la población presenció el primer partido de fútbol en Venezuela. El Callao y sus vecinos Guasipati, Tumeremo, El Dorado, Kavanayen y Santa Elena de Uairen son las áreas en las que más idiomas foráneos se habla en el país debido a la gran migración de extranjeros.
Si bien el popular Primer Puerto Peruano y la ciudad venezolana ostentan el mismo nombre, tienen marcadas diferencias históricas y culturales. No obstante, existe un punto en común que los acerca: la celebración y festejo de los carnavales en el mes de febrero.
PUEDES VER: ¿Cuáles son los apellidos que pueden acceder a la nacionalidad española y cómo es el trámite?
El famoso carnaval de El Callao en Venezuela es una celebración que guarda relación con los festejos de emancipación llamados Cannes Brulées, los cuales tienen lugar en las Antillas de habla francesa. Los participantes que desfilan por las calles de la localidad se disfrazan de personajes históricos o imaginarios al ritmo del calipso y otras músicas. Los desfiles son encabezados por mujeres ataviadas con vestidos coloridos, las famosas madamas o matronas antillanas, que se consideran los pilares de la identidad callaoense, ya que son consideradas portadoras de los valores culturales de la comunidad.
Por su parte, en la Provincia Constitucional del Callao, los ciudadanos también suelen celebrar los carnavales durante el segundo mes del año, temporada en la que grandes y chicos se reúnen para jugar con globos y cubetas de agua o pintura. Esta costumbre viene desde comienzos de la República, cuando se usaba el agua de las acequias que cruzaban Lima para la diversión. La población llegaba hasta la plaza y los jirones del centro de Lima para disfrutar de los interminables desfiles de hombres, mujeres y niños empapados por completo.