Este lunes 4 de diciembre, los venezolanos acataron a medias la nueva orden de “cuarentena radical” impuesta por el Gobierno de Nicolás Maduro para frenar los contagios de la COVID-19, luego del ligero incremento de casos que se reportó durante la flexibilización total de la medida en diciembre.
En Caracas, la capital del país caribeño, el comercio no esencial permanece cerrado, mientras que solo supermercados, farmacias y las industrias relacionadas con estos sectores mantienen abiertas sus puertas.
La agencia de noticias EFE constató que en la ciudad pocas personas dejaron sus hogares en comparación con el último mes de 2020 cuando, sin cuarentena, miles salían a las calles cada día.
Cientos de funcionarios policiales permanecían en las calles para hacer cumplir el mandato de cuarentena y obligar a los comercios y ciudadanos que desafiaban la medida a acatarla. En algunos casos, permitían el tránsito de quienes mostraban salvoconductos o demostraban que debían cumplir labores urgentes.
La autopista que une Caracas con las ciudades satélite de Guarenas y Guatire —que hacen parte del céntrico estado de Miranda— permaneció cerrada durante la mañana y se impidió que los residentes de estas urbes llegaran a la capital de Venezuela.
En las redes sociales circularon videos de autos particulares y autobuses regresando tras encontrar bloqueados los accesos a la capital venezolana no solo desde las ciudades del estado de Miranda, sino desde otros como Aragua y Carabobo.
Pero la vida dentro de las pequeñas ciudades cercanas a Caracas era distinta este lunes. Cientos de comercios no esenciales como tiendas de ropa, restaurantes y otros negocios desafiaron la cuarentena en Guarenas, Guatire y otras ciudades, aunque fue poca la actividad comercial que se registró en estas zonas.
La cuarentena venezolana se aplica en un sistema que el régimen chavista denomina 7+7, y que combina una semana de cierre con otra de permisos de operación para actividades puntuales.
Este esquema se usó entre el 1 de junio y el 30 de noviembre de 2020, dando paso luego a la flexibilización ampliada que gozó el país durante diciembre.
Maduro defendió el domingo este sistema, que denominó como “venezolano”, y aseveró que ha funcionado porque el país muestra cifras de contagio inferiores a las de los estados de América Latina.
El nuevo coronavirus ha matado a más de un millar de personas y ha contagiado a más de 114.000 en la nación suramericana.