Cuatro delincuentes entraron a robar en la casa de una mujer de 60 años, que resultó ser psicóloga y terminó dándoles terapia durante el atraco ocurrido en la ciudad de La Plata, Argentina. Incluso, le preguntaron cuánto cobraba por una consulta.
La víctima del asalto, Adriana Etchegoin, contó a El Día que los ladrones irrumpieron en su casa a las 11 de la noche cuando se encontraba cenando. “Eran cuatro y tienen entre 19 y 20 años. Estaban con pasamontañas y guantes”, reportó TN.
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La profesional relató que, en medio del robo, los ladrones “se abrieron a contarle aspectos de su vida” y le preguntaron cuánto cobraba la sesión de terapia. “En ningún momento mostraron ningún arma”, afirmó.
“Uno de ellos, inclusive, me dijo que estaba a su alcance poder pagar las consultas en mi consultorio”, añadió.
La víctima del robo también se mostró sorprendida con la pregunta que le hicieron los delincuentes cuando se disponían a escapar en su Renault Duster de dolor gris. “Me consultaron cómo tenían que agarrar la autopista La Plata-Buenos Aires”, enfatizó.
“Sin embargo, la Policía me dijo que tal vez utilizaron esa pregunta para despistar, porque tal vez vivan por esta región y usaron esa estrategia para no ser buscados por acá”, agregó.
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El jueves 30 de junio, los ladrones rompieron una ventana de vidrio para entrar a la propiedad. Aunque la psicóloga intentó gritar, los ladrones la callaron con amenazas. “Ya te tenemos estudiada”, le dijeron. Luego, empezaron a revisar todos los ambientes de la casa.
“Buscaron dinero y objetos chicos, pero de valor. Hasta desarmaron las rejillas de los aires acondicionados”, precisó. La mujer calculó que se llevaron entre 200.000 y 300.000 pesos, y algunos dólares que estaban destinados al pago de los albañiles que trabajaban en su hogar.
También se llevaron joyas, un grupo electrógeno, una consola de video, una pistola y rifle de aire comprimido.
“Se manejaron de forma organizada, mientras uno me custodiaba, los otros se dedicaban a robar lo que les interesaba. No se manejaron de forma violenta. Uno de ellos se mostraba nervioso, pero los tres restantes hablaban bien”, finalizó.