Sue Westhead tan solo tenía 25 años cuando fue diagnosticada con insuficiencia renal en 1973. En ese momento la muchacha solo tenía una alternativa: un trasplante de riñón, su madre fue quien se ofreció para darle un poco más de vida.
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Ann Metcalfe, madre de Sue Westhead tenía en ese entonces 57 años y le dio a su hija uno de sus órganos. Han pasado 43 años desde ese día y Sue sigue viva gracias a un riñón que ya cumplió 100 años de edad.
Cuando le preguntan a Sue la razón por la que su riñón ha durado tanto tiempo ella responde: "Creo que se debe a los buenos genes de mi madre. Ella tuvo que provenir de un buen estirpe".
Los médicos calculan que un trasplante de órgano puede durar como mucho unos 20 años, cuando Sue se hizo el trasplante el promedio de vida era mucho menor: 5 años, pero la longevidad del órgano le ha valido llegar a los 67 años de vida.
“Recuerdo que en esa época pensé: ‘Si vivo cinco años seré feliz’. Eso fue hace 43 años y mi riñón va a cumplir 101 años en noviembre”, dijo Sue a medios internacionales.