Zhang Xin es una de las mujeres más influyentes de China, no solo por su impresionante fortuna, estimada en 1.200 millones de dólares según Forbes, sino también por su extraordinaria trayectoria. De niña, vivió en la pobreza durante la Revolución Cultural, trabajó largas jornadas en fábricas textiles y electrónicas en Hong Kong y, pese a todas las adversidades, logró estudiar en prestigiosas universidades británicas. Hoy, su empresa SOHO China redefine el horizonte urbano de Pekín y Shanghái, lo que la ha convertido en un símbolo del progreso económico y social del país.
Conocida como “la mujer que construyó Pekín”, Zhang Xin ha marcado un antes y un después en la arquitectura moderna de China, colaborando con grandes nombres como Zaha Hadid y liderando un cambio que combina diseño, funcionalidad e innovación.
Nacida en Pekín en 1965, Zhang Xin creció en un entorno de privaciones durante la Revolución Cultural. Sus padres, ambos traductores birmanos, se separaron, y Zhang se mudó con su madre a Hong Kong, donde compartieron una diminuta habitación. A los 15 años, comenzó a trabajar en fábricas para ahorrar dinero y financiar su educación.
A los 19 años, se trasladó a Londres. Allí, enfrentó barreras culturales y económicas, pero su perseverancia la llevó a obtener becas para estudiar economía en la Universidad de Sussex y completar un máster en Economía del Desarrollo en Cambridge. Su carrera despegó en Goldman Sachs, donde ayudó a llevar empresas chinas a los mercados internacionales.
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En 1995, tras regresar a China, Zhang Xin y su esposo Pan Shiyi fundaron SOHO China, una empresa inmobiliaria que revolucionó el diseño de las principales ciudades del país. Proyectos como el Galaxy SOHO, diseñado por Zaha Hadid, y la Leeza SOHO, famosa por su atrio de 190 metros, son ejemplos de su enfoque innovador.
SOHO China adoptó en 2012 un modelo de negocio basado en arrendamientos, apostando por ingresos sostenibles. Además, Zhang Xin es reconocida por su labor filantrópica, destacando las Becas SOHO, una iniciativa de 100 millones de dólares que respalda a estudiantes chinos en universidades de élite como Harvard y Yale.