La reciente amenaza de Donald Trump de aplicar un arancel adicional del 10% sobre las importaciones provenientes de China generó una rápida respuesta de Pekín. La Embajada de China en Estados Unidos advirtió que "nadie ganará una guerra comercial", lo que refleja las tensiones crecientes entre las dos potencias globales.
Según el mandatario, los aranceles seguirán vigentes hasta que China tome medidas más estrictas contra el tráfico de estas sustancias para la fabricación de fentanilo.
La Embajada de China en EE. UU. asegura que los aranceles no resolverán la problemática entre ambas naciones y rechaza la vinculación con el tráfico de fentanilo. Foto: AFP
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Liu Pengyu, portavoz de la Embajada de China en Washington, señaló que la imposición de aranceles adicionales no resolvería los problemas subyacentes entre ambas naciones. "Nadie ganará una guerra comercial", afirmó Liu en un comunicado oficial. La postura de China rechaza la vinculación entre los aranceles y el tráfico de fentanilo, e indicó que las autoridades chinas ya han tomado medidas para reducir el flujo de sustancias químicas hacia Estados Unidos, tras un acuerdo alcanzado entre los presidentes Xi Jinping y Joe Biden en 2023.
En este contexto, el gobierno chino reafirmó su compromiso con la lucha contra el narcotráfico, aunque destacó que las políticas estadounidenses no han logrado frenar el problema por completo. Liu también recordó que, en 2023, China implementó controles más estrictos sobre las sustancias utilizadas para la fabricación de fentanilo, lo que ha tenido efectos positivos en la reducción de este comercio ilícito.
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El enfoque de Trump hacia China se ha caracterizado por una política de presión económica, que incluye la implementación de aranceles sobre productos chinos como una forma de forzar cambios en las prácticas comerciales del gigante asiático. Durante su campaña, Trump prometió endurecer las políticas comerciales con China, acusándola de prácticas desleales que perjudican a la industria estadounidense.
Los aranceles, que originalmente fueron impuestos como parte de una estrategia para reducir el déficit comercial de Estados Unidos, también se han utilizado como una herramienta para presionar a China en temas no relacionados directamente con el comercio, como el tráfico de drogas. Sin embargo, la relación entre ambos países continúa siendo compleja, y la imposición de aranceles podría tener repercusiones negativas para el comercio global y la economía internacional en general.