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Esta es la única zona del mundo que ningún país quiere reclamar: posee un paisaje inhóspito y es 'tierra de nadie'

Bir Tawil, una franja de tierra entre Egipto y Sudán, permanece sin dueño oficial, convirtiéndose en uno de los territorios más enigmáticos del desierto africano.

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Bir Tawil es una zona desértica y deshabitada entre Egipto y Sudán que, debido a su aridez y falta de recursos, permanece sin reclamar por ningún país. Foto: Pexels

Entre las fronteras de Egipto y Sudán se extiende un terreno único en el planeta: Bir Tawil, un desierto que ningún país quiere reclamar. A diferencia de otros conflictos territoriales, este territorio no atrae el interés de ninguna nación, convirtiéndose en una zona “sin dueño”. La región, de aproximadamente 2.060 kilómetros cuadrados, se encuentra cerca del Triángulo de Hala’ib, un área disputada que ambos países desean controlar, pero por razones históricas, políticas y geográficas la han dejado de lado.

Esta "tierra de nadie" se caracteriza por un entorno árido y hostil, sin recursos naturales evidentes ni población. Su ubicación en el desierto de Nubia y la falta de interés por parte de Egipto y Sudán lo convierten en un enigma geopolítico y una curiosidad para aventureros y exploradores. A pesar de su paisaje inhóspito, Bir Tawil se ha convertido en el foco de algunos intentos de proclamación de "reinos" y "micronaciones", como el de Jeremiah Heaton, un estadounidense que, en 2014, autoproclamó el territorio como el "Reino de Sudán del Norte".

Un desierto sin dueño: el enigma de Bir Tawil

Bir Tawil es uno de los pocos lugares en el mundo que permanece sin una soberanía nacional reconocida. Este pequeño desierto de forma trapezoidal, rodeado por el Sahara, ha sido históricamente ignorado por las potencias africanas debido a su aridez extrema y falta de valor económico. En contraste con el Triángulo de Hala’ib, que posee acceso al Mar Rojo y tiene un valor estratégico para Egipto y Sudán.

Bir Tawil es una de las escasas zonas en el mundo que no cuenta con una soberanía nacional y está en medio del Sahara. Foto: The Collector

El interés internacional en Bir Tawil ha crecido en los últimos años, no por sus características geográficas, sino por su estatus legal. El aventurero estadounidense Jeremiah Heaton llegó en 2014 para plantar una bandera y declararse "rey" del territorio, con la intención de cumplir una promesa a su hija de crear un "reino". En 2017, el indio Suyash Dixit también hizo una reclamación similar, autodenominándose "rey" del "Reino de Bir Tawil". Sin embargo, estas proclamaciones no tienen reconocimiento oficial, ya que ninguna autoridad internacional otorga validez a tales reclamos.

El trazado histórico de límites entre Egipto y Sudán

La situación de Bir Tawil se remonta a un acuerdo territorial firmado en 1899 por los británicos, quienes entonces tenían el control de Egipto y Sudán. En ese tratado, los límites entre ambas naciones quedaron definidos, dejando como un área sin interés económico o militar. Según el acuerdo, Egipto y Sudán recibirían el Triángulo de Hala’ib o Bir Tawil, pero no ambos. Desde entonces, ambos países han priorizado el control del Triángulo de Hala’ib, más grande y con recursos pesqueros.

La falta de jurisdicción oficial sobre Bir Tawil ha atraído a aventureros de diversas partes del mundo, quienes buscan hacer suyo el territorio. Foto: christoph

La falta de interés se debe, en gran medida, a la inexistencia de recursos naturales que incentiven una ocupación estable. Ni Egipto ni Sudán han mostrado interés en invertir en la región, y ambos países han permitido que permanezca como un territorio neutral sin reclamar.

El Triángulo de Hala’ib: el verdadero objeto de disputa

El Triángulo de Hala’ib representa el verdadero foco de la disputa entre Egipto y Sudán. Este territorio, ubicado a orillas del Mar Rojo, posee una extensión de aproximadamente 20.500 kilómetros cuadrados y es considerado estratégico por sus recursos naturales y su acceso marítimo. Desde la firma del tratado de 1899, Egipto y Sudán han mostrado un interés sostenido en el control de Hala’ib, que ha llevado a tensiones y roces diplomáticos entre ambas naciones.

En la actualidad, Egipto ejerce un control administrativo sobre el Triángulo de Hala’ib, lo que ha generado reclamos continuos por parte de Sudán, que sigue considerando al territorio como parte de su jurisdicción. El área cuenta con recursos pesqueros, minerales y una posición estratégica en la costa del Mar Rojo, que hace de Hala’ib un objetivo valioso tanto para Egipto como para Sudán.