Max Higgins es un jamaiquino que se presentaba como un exitoso empresario con grandes proyectos. Bajo la autoproclamación de 'Rey del Entretenimiento', Higgins cautivó a muchos con su carisma y ambición en Argentina, aunque su verdadera historia estaba marcada por un oscuro pasado de engaños y manipulaciones.
El supuesto imperio financiero de Higgins se basaba en promesas de proyectos lujosos y futuristas, entre los cuales destacaba la construcción de un parque de Disney en Argentina. Prometió invertir 1.000 millones de dólares en este parque en San Pedro, lo que atrajo a inversionistas y obtuvo amplia cobertura mediática. Sin embargo, la megaobra nunca se concretó debido a advertencias de la compañía Disney, que rechazó cualquier asociación con Higgins y desautorizó el uso de su marca y conceptos, revelando sus promesas como simples ilusiones sin respaldo legal o financiero real.
'World Football Idol', el programa televisivo creado por Higgins, pretendía ser un trampolín para futuras estrellas del fútbol argentino. Con Diego Maradona como figura central, el espectáculo prometía descubrir y lanzar al estrellato mundial a jóvenes talentos. No obstante, pese a contar con la participación de figuras como Sergio Goycochea y Gabriel Batistuta, además de actuaciones de reconocidos artistas musicales, el programa no logró captar una audiencia significativa. Las promesas de premios extravagantes, como un Lamborghini Diablo y grandes sumas de dinero, nunca se concretaron, y el espectáculo se desvaneció tras tres temporadas marcadas por estadios vacíos y falta de patrocinio real.
La caída financiera y personal de Max Higgins es un triste ejemplo de cómo las falsas promesas y los esquemas fraudulentos pueden conducir a un desenlace desastroso. Sus negocios, que en realidad carecían de una base sólida, se fundamentaban en la manipulación y el engaño, con un modelo principalmente basado en un esquema Ponzi. Este tipo de fraude consiste en pagar a los inversores antiguos con el dinero de los nuevos, creando una ilusión de rentabilidad y éxito empresarial insostenible a largo plazo.
Max Higgins pasó de tenerlo todo a vivir en las calles de Argentina. Foto: DataClave
Además, tenía un historial de problemas legales relacionados con estafas en otros países, incluidas condenas por fraude en Estados Unidos e Inglaterra. Estos antecedentes eventualmente saldrán a la luz, lo que reducirá la confianza de sus inversores y colaboradores. Sin respaldo financiero real y ante múltiples reclamos legales, sus recursos se agotaron rápidamente.
Tras la pérdida de su imperio financiero, el jamaiquino se encontró sin hogar y mendigando en las calles de Buenos Aires. Su salud mental se deterioró gravemente durante este período, con episodios de confusión y delirios en los que afirmaba poder salvar la economía mundial.
Finalmente, debido a su preocupante estado mental e incapacidad para cuidarse, fue internado involuntariamente en el Hospital Borda, un reconocido hospital psiquiátrico en Argentina. Allí fue diagnosticado con un trastorno psicótico, que requiere atención médica especializada y supervisión constante para garantizar tanto su bienestar como el de quienes lo rodean.