Venezuela ha sorprendido con una estrategia económica poco común: la exportación de medusas Bola de Cañón. En medio de tensiones geopolíticas, sanciones internacionales y una infraestructura petrolera deteriorada, el país busca alternativas para generar ingresos. En septiembre de 2023, ya exportó más de 156 toneladas de medusas a Corea del Sur, un mercado donde estos animales marinos son altamente valorados, tanto en la gastronomía como en la medicina tradicional.
El Ministerio de Pesca y Acuicultura destacó que esta exportación es solo el comienzo de un plan más amplio que también incluye otros productos no petroleros, con el objetivo de aprovechar la riqueza marina del país.
Con la caída del 9 % en las exportaciones petroleras en septiembre de 2023, Venezuela ha intensificado su enfoque en productos alternativos. La medusa Bola de Cañón, un recurso marino abundante en sus costas, ha captado la atención de los mercados asiáticos, en especial de Corea del Sur y China. Este proyecto busca generar divisas y reducir la dependencia de la industria de los hidrocarburos, afectada por sanciones internacionales y la falta de inversión en la estatal PDVSA.
El Ministerio de Pesca y Acuicultura ha subrayado que, además de la medusa, Venezuela ya exporta 31 especies marinas a 24 países, aunque no se han revelado detalles específicos sobre los destinos de estos productos. Con esta nueva iniciativa, el país espera aumentar el volumen de exportaciones no petroleras en 2024, según cifras anunciadas por el presidente Maduro.
La medusa Bola de Cañón (Stomolophus meleagris) es ampliamente utilizada en países como Corea del Sur, China y Japón, donde su carne se incluye en preparaciones culinarias y su extracto es valorado por sus propiedades medicinales. Aunque sus tentáculos contienen una toxina de protección que puede ser peligrosa si no se maneja adecuadamente, esta especie es apta para el consumo humano y cuenta con gran demanda en la región asiática.
La abundancia de esta especie en las costas venezolanas brinda al país una ventaja competitiva frente a otros exportadores de medusas como Argentina y México. Venezuela, sin embargo, está trabajando con centros de investigación para asegurar que esta nueva fuente de ingresos sea sostenible y beneficiosa para las comunidades pesqueras.
La transición de Venezuela hacia una economía menos dependiente del petróleo no está libre de obstáculos. La caída en la producción petrolera, sumada a las sanciones impuestas por Estados Unidos y la falta de inversión en PDVSA, ha reducido significativamente los ingresos del país. Actualmente, PDVSA produce alrededor de 922 mil barriles diarios, muy por debajo de los niveles históricos.
Sin embargo, el gobierno venezolano ha encontrado en la pesca y la acuicultura una oportunidad para sortear las limitaciones impuestas al comercio de crudo. Las exportaciones de productos marinos, como la medusa Bola de Cañón, ofrecen un camino alternativo para generar ingresos y establecer relaciones comerciales con mercados asiáticos en expansión.