Paraguay se convirtió en el segundo país de América Latina en independizarse en mayo de 1811. A diferencia de muchas otras naciones, no necesitó enfrentar una larga guerra ni un gran derramamiento de sangre. Mediante negociaciones con España y un enfoque diplomático, Paraguay aseguró su autonomía sin violencia significativa.
Los paraguayos celebran este hito histórico 2 días al año, cada 14 y 15 de mayo, en una festividad que honra el proceso pacífico que permitió la creación del Estado independiente.
Jóvenes paraguayos revolucionarios intimaron al gobernador Velasco en la noche del 14 de mayo de 1811. Foto: Gobierno de Paraguay
El proceso de independencia paraguaya es único porque no involucró una guerra de gran escala. Mientras en otras regiones de América Latina las batallas eran parte de la ruptura con España, en Paraguay se optó por un camino político. El cabildo de Asunción, dirigido por líderes como José Gaspar Rodríguez de Francia y Fulgencio Yegros, logró negociar el fin del control español sin un enfrentamiento bélico masivo.
Las maniobras diplomáticas no solo se enfocaron en separarse de España, sino también en evitar la subordinación a Buenos Aires, que buscaba dominar la región. Este enfoque permitió que Paraguay se consolidara como una nación soberana, sin grandes pérdidas humanas.
Colombia y Paraguay fueron los primeros países en lograr su independencia en Sudamérica. Foto: pintura de Gill Coimbra/Gobierno de Paraguay
El 14 y 15 de mayo se conmemoran dos momentos clave para la independencia de Paraguay. El 14 de mayo de 1811 marcó el inicio de las maniobras que llevaron a la liberación del país. Sin embargo, fue en la madrugada del 15 cuando el gobernador español, Bernardo de Velasco, aceptó rendir el poder sin presentar resistencia militar.
Este evento fue visto como un triunfo de la diplomacia y la política sobre el conflicto armado, lo que permitió que Paraguay se mantuviera al margen de las devastadoras guerras de independencia que ocurrieron en otras regiones. Por eso, la independencia de Paraguay se celebra con tanto orgullo y durante dos días completos.
A lo largo de América Latina, la independencia fue, en su mayoría, un proceso violento. Países como Argentina, Chile, Perú y Venezuela atravesaron guerras largas y sangrientas, con batallas decisivas para lograr su emancipación. En cambio, Paraguay pudo evitar esas confrontaciones a gran escala gracias a su enfoque diplomático. Aunque hubo tensión y breves enfrentamientos, el proceso no derivó en una guerra prolongada.
Este enfoque pacífico permitió que Paraguay no solo lograra su independencia rápidamente, sino que también evitara los costos humanos y materiales que enfrentaron otras naciones latinoamericanas en su lucha por la libertad.