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Descubren civilización perdida de más de 10.000 años que revela nuevas pistas sobre la evolución humana

Un reciente descubrimiento en Sudáfrica ha revelado una civilización que habitó la región durante más de 10.000 años. Dicho hallazgo revela su estabilidad genética única que desafía las teorías tradicionales sobre migraciones humanas y evolución.

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Un hallazgo arqueológico en Oakhurst, Sudáfrica, revela una civilización que habitó la región hace más de 10,000 años, con impresionante estabilidad genética. Foto: composición LR

El refugio rocoso de Oakhurst, en la costa sur de Sudáfrica, ha sido el escenario de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de las últimas décadas. Un equipo de científicos liderado por la profesora Victoria Gibbons, de la Universidad de Ciudad del Cabo, ha descubierto una civilización que habitó esta región hace más 10.000 años.

El estudio, que comenzó en 2017, incluyó el análisis genético de 13 individuos cuyas edades varían entre 1.300 y 10.000 años. Este descubrimiento es clave, ya que arroja luz sobre una civilización que vivió en completa estabilidad genética.

El ADN más antiguo de Sudáfrica revela secretos de una antigua civilización

Los resultados de la investigación de Oakhurst revelaron una historia única en la evolución humana. Al estudiar los genomas antiguos de los 13 individuos encontrados en el sitio arqueológico, los científicos descubrieron una sorprendente continuidad genética. Esta estabilidad, que se mantuvo durante más de 10.000 años, es una anomalía en comparación con los patrones migratorios observados en Europa y Asia, donde las migraciones frecuentes y las mezclas genéticas eran comunes.

Según el genetista Joscha Gretzinger, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania, "los estudios en otras regiones del mundo han mostrado cambios genéticos significativos en los últimos 10.000 años, mientras que en el sur de África observamos una estabilidad sorprendente".

Así descubrieron la civilización que desafía los modelos migratorios tradicionales

El proceso de descubrimiento comenzó con excavaciones arqueológicas en el refugio rocoso de Oakhurst, un yacimiento con más de 12.000 años de ocupación humana documentada. En estas excavaciones, no solo se encontraron arte rupestre, herramientas de piedra y fragmentos de cerámica, sino también los restos óseos de 46 individuos. A partir de los restos de 13 de ellos, el equipo de Gibbons pudo obtener muestras de ADN antiguo, las cuales fueron analizadas para reconstruir los genomas.

El análisis reveló que los genomas de estos individuos son similares, aunque no idénticos, a los de los pueblos actuales San y Khoekhoe, que habitan la región. Este hallazgo demuestra que durante 10.000 años no hubo introducción de genes de poblaciones foráneas y contradice los modelos migratorios tradicionales que sugieren constantes movimientos de población en casi todas las regiones del mundo en esa época.

¿Qué técnicas utilizaron los arqueólogos para analizar el ADN antiguo?

Los arqueólogos utilizaron técnicas avanzadas para analizar el ADN antiguo de los restos humanos encontrados en el refugio rocoso de Oakhurst. Primero, extrajeron muestras de huesos y dientes, que fueron pulverizados para obtener material genético. Dado que el ADN estaba fragmentado por el paso del tiempo, utilizaron la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para amplificar las pequeñas cantidades de ADN y luego proceder a la secuenciación, lo que permitió reconstruir los genomas de los antiguos individuos.

Además, la datación por radiocarbono fue clave para establecer la antigüedad de los restos, utilizando el colágeno de huesos o dientes. Esta combinación de técnicas permitió obtener datos genéticos cruciales para entender la estabilidad genética de la civilización que habitó la región por más de 10.000 año.