"¡Buenos días, ánimo!", la frase habitual del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, de 70 años, resuena una última vez este lunes en la "mañanera", su controvertida rueda de prensa única en el mundo con la que el político despide décadas de vida pública.
A unas horas de entregar el martes la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, el izquierdista saludará por última vez a los comunicadores que lo esperan, a veces dormidos y congelados, en una inmensa sala del Palacio Nacional a las 7H00 locales (13H00 GMT).
Será una verdadera despedida con "fiestón con bailango", anticipó el viernes López Obrador, que termina su mandato único de seis años con una popularidad del 70% y acumulando más de 1.400 "mañaneras".
AMLO, como se le conoce popularmente, prometió que hablará unos minutos, enseguida habrá música en vivo, un desayuno mexicano, rifará un reloj y develará la pintura que lucirá el Palacio Nacional, al lado de otros cuadros de expresidentes.
Celebradas de lunes a viernes, después de una reunión con su gabinete de seguridad, estas conferencias duran entre dos y tres horas y se transmiten en televisión y redes sociales.
Desde esta tribuna, el izquierdista ha arremetido contra sus "adversarios", sean domésticos o extranjeros, en prolongadas exposiciones históricas y ocasionalmente religiosas.
Es "un acto de prepotencia, de falta de respeto", reclamó por ejemplo el pasado miércoles al deplorar que España ignorara una carta suya de 2019 en la que pide se reconozcan abusos en la conquista.
López Obrador que siempre arranca con la arenga: "¡Buenos días, ánimo!", instaló además una nueva jerga presidencial, como "fifi" o "machuchones" para criticar a burgueses y poderosos. Esta retórica seduce a los "Amlovers", como se conoce a sus partidarios.
Incansable, jamás se sienta ni toma agua y sólo se ausentó por unos días cuando se contagió de covid en dos ocasiones, aunque la conferencia se mantuvo con otros funcionarios.
"Es el primer presidente en la historia que da conferencias diarias y nadie en el mundo ha seguido su ejemplo", observa Luis Estrada, director de la consultora en comunicación Spin y para quien las "mañaneras" son más un acto de "propaganda".
Además de periodistas, a la conferencia acuden comunicadores de redes sociales y de portales informativos afines al poder.
"La mayor parte de las preguntas las plantean o las hacen periodistas amigos", subraya Pamela Starr, profesora de ciencias políticas de la Universidad del Sur de California.
"Fue una manera para que López Obrador estableciera la agenda y pudiera comunicarse directamente con su base sin la prensa como intermediaria", comentó.
A los reporteros que se atreven a contradecirlo, AMLO los ha acusado de ser "comunicadores al servicio de grupos de intereses creados", como le dijo en enero pasado a Jorge Ramos, conocido conductor de la cadena Univisión.
El periodista le insistía que este gobierno sumaría más asesinatos que los dos anteriores. "Tengo otros datos", rebatió López Obrador, aseverando que hubo una baja en los homicidios del 20% entre 2018 y 2023.
Para responder a lo que considera informaciones falsas, el presidente creó, dentro de la conferencia, la sección "Las mentiras de la semana", una vez a la semana, el miércoles.
En marzo de 2019, una periodista mexicana, Lourdes Maldonado, pidió ayuda al presidente durante la rueda de prensa, afirmando que temía por su vida. Fue asesinada en Tijuana (noroeste) en enero del 2022.
La "mañanera" -que alude jocosamente al coito matutino- fue instaurada por López Obrador durante su alcaldía capitalina (2000-2005).
Sheinbaum, del mismo partido que el mandatario saliente, dijo que buscaría otro esquema de comunicación, pero tras una encuesta, decidió continuarlas y los medios, ya convocados, esperan expectantes lo que denominan "La mañanera 2.0".
Entre sus últimas actividades, el mandatario tendrá un almuerzo con presidentes invitados al traspaso de gobierno. Ya están en México el cubano Miguel Díaz-Canel y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, con quien celebrará además una reunión bilateral.
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