Bombardeos y disparos de artillería sacudieron este jueves la capital de Sudán, Jartum, donde el ejército está librando "combates encarnizados" contra las fuerzas paramilitares rivales, que controlan gran parte de la ciudad, reportaron testigos y una fuente militar.
En vísperas de estos combates, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su "profunda preocupación" por la "escalada" del conflicto, que desde abril de 2023 enfrenta al ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, contra las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo.
En Jartum, los enfrentamientos comenzaron al amanecer, informaron varios habitantes, en lo que parece ser la primera ofensiva importante del ejército en meses para recuperar partes de la capital controladas por los paramilitares.
Una fuente del ejército, que habló bajo condición de anonimato, señaló que las fuerzas del ejército cruzaron dos puentes clave sobre el Nilo, que separa las áreas de la capital controladas por el ejército de las que están bajo control de las milicias de las FAR.
Desde el comienzo de la guerra, los paramilitares han empujado al ejército prácticamente fuera de toda la ciudad. Sin embargo, tras su última gran ofensiva en febrero, el ejército recuperó gran parte de Omdurmán, ciudad adyacente a la capital e integrada en su área metropolitana.
Varios habitantes de Omdurmán reportaron "intensos disparos de artillería" que comenzaron temprano el jueves y que impactaron edificios residenciales.
Desde el inicio de la guerra los combates más violentos tuvieron lugar en zonas densamente pobladas. Ambos bandos han sido acusados de crímenes de guerra por atacar deliberadamente a civiles y bloquear la ayuda humanitaria.
Estados Unidos, la Unión Europea, Francia y Alemania han pedido un alto el fuego inmediato, expresando su preocupación por las interferencias extranjeras, ante las acusaciones de que los Emiratos Árabes Unidos proporcionaron armas a las FAR.
La guerra ha causado decenas de miles de muertos, con estimaciones que van desde 20.000 hasta 150.000, ya que la mayoría de las víctimas no quedan registradas, según los médicos.
También provocó el desplazamiento de más de 10 millones de personas, lo que equivale a una quinta parte de la población de Sudán y constituye una de las peores crisis humanitarias de los últimos tiempos, según la ONU.