Un país de América Latina se ha destacado por su capacidad para controlar la inflación en las últimas décadas, lo que es un indicador clave de estabilidad económica. Esta nación ha mantenido su tasa de inflación en cifras de un solo dígito durante un largo período, superando el récord anterior de Chile. Este éxito económico se ha logrado gracias a políticas consistentes que han mantenido la volatilidad de los precios bajo control a lo largo del tiempo.
En una región frecuentemente afectada por crisis inflacionarias, este país ha conseguido evitar las fluctuaciones extremas que impactan a otras economías. Esto ha resguardado el poder adquisitivo de sus habitantes y ha fomentado un entorno propicio para la inversión y el crecimiento económico sostenido.
La inflación en América Latina ha sido un tema crítico en los últimos años. En 2023, Venezuela lideró la región con una tasa de inflación cercana al 360%. Foto: IDAED
Perú ha logrado un récord histórico al mantener su tasa de inflación por debajo del 10% durante 27 años y 7 meses consecutivos, superando el récord anterior de Chile de 27 años y 6 meses. Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), en agosto de 2024 la inflación interanual del país fue de solo 2%, dentro del rango objetivo, lo que permitió alcanzar este hito sin precedentes.
Desde febrero de 1997, cuando la inflación en Perú bajó a 9,42%, el país ha logrado mantener una inflación de un solo dígito durante 331 meses consecutivos. Este logro supera a otros países de la región como México, Colombia y Ecuador.
El Banco Central de Reserva del Perú ha sido clave en este logro, adoptando un Esquema de Metas Explícitas de Inflación desde 2002 y actuando de manera independiente para garantizar la estabilidad económica del país. Foto: DNews
La política monetaria del Banco Central de Reserva del Perú ha sido fundamental en este logro. Desde la adopción del Esquema de Metas Explícitas de Inflación (MEI) en 2002, el BCRP ha mantenido su objetivo de mantenerla en un rango entre 1% y 3%. Además, la autonomía del BCRP, garantizada por la Constitución de 1993, ha sido un pilar esencial para que el banco central pueda actuar de manera independiente y mantener la estabilidad económica.
Frente a diversos choques externos, como el aumento de los precios internacionales de alimentos o la depreciación cambiaria, el BCRP ha tomado medidas preventivas para evitar que estos factores temporales se traduzcan en expectativas inflacionarias a largo plazo. Como resultado, el país mantiene un rango meta de 77% del tiempo desde que se adoptó el MEI.
El Banco Central de Reservas del Perú ha logrado conseguir un récord histórico en la región al mantener la inflación en menos de 2 dígitos. Foto: Andina
El mantenimiento de una baja inflación ha asegurado estabilidad económica y también ha protegido el poder adquisitivo de los ciudadanos peruanos. Los precios controlados permiten a las familias planificar mejor sus finanzas sin el temor de que los bienes básicos suban de precio de manera desproporcionada. Además, esta estabilidad ha fomentado la inversión extranjera y local al crear un ambiente favorable para el crecimiento económico.
El entorno predecible que ofrece una inflación baja también ha permitido que los negocios se desarrollen con mayor confianza. La solidez de las políticas del Banco Central de Reserva del Perú ha sido clave para atraer inversión y promover un desarrollo sostenido que impulsa la creación de empleo y mejora la calidad de vida en el país.
La inflación es el aumento generalizado y sostenido en el nivel de precios de bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo. Este fenómeno reduce el poder adquisitivo de la moneda, lo que significa que con la misma cantidad de dinero se puede comprar menos que antes. La inflación puede ser provocada por varios factores, como un aumento en la demanda total de bienes y servicios (inflación de demanda), un incremento en los costos de producción (inflación de costos) o una expansión excesiva de la oferta monetaria.
Este fenómeno tiene importantes repercusiones económicas, incluyendo la redistribución de ingresos y cambios en el comportamiento de consumo e inversión. Los bancos centrales y Gobiernos suelen adoptar políticas para controlar la inflación y mantenerla en niveles estables, ya que una inflación descontrolada puede desestabilizar la economía y afectar negativamente la confianza en la moneda.
La peor inflación que vivió Perú ocurrió en 1990. En ese período, el país enfrentó una crisis económica severa que resultó en una inflación descontrolada. El índice de precios al consumidor (IPC) se disparó, alcanzando una tasa anual de aproximadamente 7,650%, lo que llevó a una pérdida masiva del poder adquisitivo de los ciudadanos.
Esta hiperinflación fue provocada por una combinación de políticas fiscales y monetarias inadecuadas, así como por una creciente deuda externa y una economía desorganizada.
En 2024, Venezuela continúa siendo el país de América Latina con la mayor tasa de inflación. Este fenómeno ha persistido durante varios años, debido a una combinación de crisis económicas, políticas internas y la devaluación de su moneda. Aunque las cifras pueden variar año a año, la inflación en Venezuela ha alcanzado niveles extremadamente altos en comparación con otros países de la región.
En 2024, los países de América Latina con las tasas de inflación más altas son:
Logro económico | El país en cuestión ha registrado una inflación en un solo dígito durante un período prolongado, superando el récord previamente establecido por Chile. |
Estabilidad macroeconómica | La estabilidad económica se atribuye a políticas fiscales y monetarias efectivas que han mantenido la inflación bajo control. |
Comparación regional | Este éxito contrasta con otros países de la región que enfrentan altos índices de inflación, destacando la gestión económica efectiva del país mencionado. |
Impacto social | La inflación baja ha tenido un efecto positivo en el poder adquisitivo de la población, contribuyendo a una mejora en la calidad de vida. |
Desafíos futuros | A pesar de este logro, el país debe enfrentar desafíos estructurales y externos que podrían amenazar la estabilidad alcanzada. |