Los candidatos a las elecciones presidenciales estadounidenses Kamala Harris y Donald Trump respetaron este miércoles una tregua efímera para rendir homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, un día después de un debate cáustico.
Se saludaron con un apretón de manos ante la mirada del presidente Joe Biden en Manhattan, en el lugar del World Trade Center completamente reconstruido, una imagen rara en un país extremadamente dividido.
Después los tres permanecieron inmóviles y en silencio mientras comenzaba la lectura de los nombres de los casi 3.000 muertos en los ataques yihadistas perpetrados por el grupo Al Qaida en 2001. El exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg asistió al acto.
"Hace 23 años, los terroristas creyeron que podían doblegar nuestra voluntad y ponernos de rodillas. Se equivocaron. Siempre se equivocarán", afirmó Biden en un comunicado.
"En las horas más sombrías, encontramos la luz. Y frente al miedo, nos unimos para defender nuestro país y ayudarnos mutuamente", insistió, y abogó por la libertad, la democracia y la unidad.
Se le vio conversar con su rival Trump por primera vez desde el debate del 27 de junio entre ambos que le hizo perder el apoyo de los demócratas, alarmados por su calamitoso desempeño. En julio pasó el testigo a su vicepresidenta Harris.
Esta última también consideró que "la unidad es posible en Estados Unidos (...) frente al terrorismo".
El primer apretón de manos entre ella y Trump fue el martes por la noche antes de un debate de 90 minutos.
La mayoría de los comentaristas cree que la demócrata de 59 años dominó el debate, poniendo al millonario de 78 años a la defensiva pero él considera haberla noqueado.
"Así que ¿por qué haría una revancha?", preguntó Trump en su red Truth Social oponiéndose a un segundo debate antes de sugerir que podría cambiar de opinión si Fox News, el canal favorito de la derecha estadounidense, organizara un nuevo duelo.
De todos modos nada garantiza que el debate del martes vaya a tener un impacto decisivo en las elecciones del 5 de noviembre, dado que la gran mayoría de los estadounidenses ha decidido por quién va a votar.
Según las encuestas, una mitad se inclina por la demócrata y la otra por el republicano.
La clave de las elecciones está, por tanto, en manos de unas pocas decenas de miles de indecisos que viven en los seis o siete estados considerados más estratégicos.
Uno de estos estados bisagra es Pensilvania (noreste), donde Joe Biden y Kamala Harris viajaron este miércoles para visitar otro de los blancos de los atentados del 11 de septiembre: Shanksville, donde se estrelló un avión secuestrado por miembros de Al Qaida.
Donald Trump también fue por su cuenta.
Más allá de la solemnidad patriótica, tuvieron tiempo para hacer campaña y se vivió una escena completamente sorprendente.
Durante su visita a la estación de bomberos local, Joe Biden se puso una gorra con el lema "Trump 2024".
Según un portavoz de la Casa Blanca, el presidente demócrata dijo que había que volver a la unidad bipartidista que reinaba en el país después del 11 de septiembre.
"Como gesto, le dio una gorra a un simpatizante de Trump, quien luego dijo que, con el mismo espíritu, (Biden) debería ponerse su gorra de Trump", añadió el portavoz Andrew Bates en la red social X.
El presidente se la puso "brevemente" por encima de la suya, justificó.
"¡Gracias por el apoyo, Joe!", publicó irónicamente el equipo de campaña del republicano en X.
El jueves y viernes se reanudará por completo la carrera por la Casa Blanca.
Kamala Harris visitará Carolina del Norte y Pensilvania y Donald Trump irá a Arizona y Nevada, cuatro estados clave de los comicios.
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