La celebración del Día de la Independencia en Argentina, cada 9 de julio, ha ido evolucionando en los últimos años, por lo que refleja los cambios sociales, culturales y políticos del país. Las ceremonias oficiales en Buenos Aires y otras ciudades capitales siguen siendo un elemento central, con actos conmemorativos, desfiles militares y discursos de las autoridades.
En los últimos años, se ha puesto un mayor énfasis en la participación popular, con eventos culturales, festivales gastronómicos y actividades para toda la familia. Las redes sociales también han jugado un papel importante en la difusión de la historia y el significado de la independencia.
Cada 9 de julio se celebra la Independencia de Argentina. Foto: Secretaría de Cultura de Argentina
La Independencia de la República Argentina, como la mayoría de los países vecinos, se llevó a cabo durante varios años. A continuación, un breve paso por la historia de este importante evento argentino.
Un año ha transcurrido desde la rotunda derrota de Napoleón en Waterloo, en junio de 1815. La monarquía española, disuelta años atrás por la invasión francesa, ha sido restaurada y el rey Fernando VII se prepara para desatar una ofensiva final contra los movimientos independentistas que pugnan por la libertad en América.
En este contexto histórico, marcado por la restauración del absolutismo monárquico en España y la amenaza de una nueva represión colonial, se produce la proclamación de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 9 de julio de 1816. Un hecho trascendental que daría lugar a la futura República Argentina, hace ya 208 años.
La monarquía española fue disuelta por la invasión, pero logró constituirse nuevamente en el periodo del rey Fernando VII. Foto: dominio público
El año 1816 se presentaba sombrío para las Provincias Unidas. Tras la devastadora derrota en Sipe-Sipe (actual Bolivia) un año atrás, la causa independentista se encontraba en un momento crítico. A esto se sumaban las desgracias de otros líderes independentistas: la captura y fusilamiento de José María Morelos y Pavón en México, así como el revés sufrido por Simón Bolívar en Venezuela.
En medio de este panorama desalentador, las Provincias Unidas decidieron dar un paso crucial: la convocatoria a un congreso en la ciudad de San Miguel de Tucumán en marzo de 1816.
Las Provincias Unidas decidieron convocar a un congreso. Foto: Cedoc
En este histórico congreso, se abordó el tema central: la independencia del Reino de España. Una decisión que, a pesar de las derrotas y el contexto adverso, se había postergado durante años de guerra. Inspiradas por los ejemplos de Colombia y Venezuela, que ya habían declarado su independencia (aunque aún no la habían consolidado), las Provincias Unidas se encontraban ante una encrucijada histórica.
Es importante recordar que el camino hacia la independencia había comenzado seis años atrás, en 1810. Tras la Revolución de Mayo, los habitantes del Virreinato del Río de la Plata, con Buenos Aires como capital, tomaron el control del gobierno en un cabildo abierto, por lo que el virrey español fue despojado de su poder. Este acto marcó el nacimiento de las Provincias Unidas, una nación en ciernes que buscaba forjar su propio destino en el continente americano.
En el peor momento de la guerra, cuando la restauración monárquica amenazaba con ahogar las aspiraciones independentistas en toda América, un rayo de esperanza iluminó el cielo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El 9 de julio de 1816, el Congreso General Constituyente de Tucumán, reunido en San Miguel de Tucumán, tomó una decisión histórica: declarar la independencia del país.
Los 29 diputados, representantes de las diferentes provincias, aprobaron la proclama en español, la lengua oficial, pero también en quechua y aimara, dos de las principales lenguas indígenas del territorio. Un gesto simbólico que buscaba unir a todos los pueblos bajo un mismo ideal: la libertad.
La batalla de Tucumán. Foto: dominio público/Francisco Fortuny
La declaración de la independencia marcó el inicio de una nueva fase en la Guerra de Independencia Argentina y en los procesos emancipatorios de toda América. Inspiró a otras naciones, como Chile (1818), Perú (1821), México (1821), Ecuador (1822) y Bolivia (1825), a seguir el mismo camino.
El general José de San Martín, el principal líder militar de las Provincias Unidas, asumió un papel crucial en la consolidación de la independencia. En enero de 1817, cruzó la cordillera de los Andes al mando de su ejército y derrotó a las fuerzas realistas en Chile. Luego, junto a las tropas chilenas, desembarcó en Perú en 1820. En 1822, se produjo el histórico encuentro entre San Martín y Simón Bolívar en Guayaquil, donde se coordinaron las estrategias para la liberación final de América del Sur.
La Guerra de Independencia Argentina culminó en 1824 con la victoria definitiva de los patriotas. En la Constitución de 1826, las Provincias Unidas del Río de la Plata adoptaron oficialmente el nombre de República Argentina, consolidando así su independencia y dando inicio a una nueva era en su historia.
Bendición de la bandera en Jujuy, junto con Manuel Belgrano, precursor de la Revolución de Mayo. Foto: dominio público/Luigi De Servi (1863-1945)