En Perú, un país con paisajes andinos impresionantes y una rica historia cultural, se ofrece una experiencia ferroviaria única que alcanza alturas extremas. La ruta comienza en el vibrante Callao y culmina en Huancayo, atravesando montañas y valles que superan los 4.000 metros sobre el nivel del mar. Fue inaugurado el 9 de febrero de 1871 gracias al ingeniero civil polaco Ernesto Malinowski y al empresario estadounidense Henry Meiggs.
El Ferrocarril Central Andino parte del Callao y sigue un impresionante itinerario con paradas en Monserrate y la estación de Desamparados, en el centro de Lima. Continúa hacia Santa Clara y Chosica, adentrándose en la Cordillera de los Andes, pasando por San Bartolomé, Matucana, Tamboraque, San Mateo, Río Blanco, Chicla, Casapalca, Chinchán, Ticlio, Galera, Yauli, Marh Túnel, Cut-Off, La Oroya, Llocllapampa, Tambo, Concepción y San Jerónimo, hasta llegar a Huancayo.
Este trayecto, que alcanza los 4.781 metros en la estación de La Galera y es el más alto del mundo fuera de Asia, fue inaugurado el 9 de febrero de 1871 gracias al ingeniero civil polaco Ernesto Malinowski y al empresario estadounidense Henry Meiggs. El recorrido ofrece paisajes impresionantes y supera retos estructurales con 58 puentes y 69 túneles.
Ruta del Ferrocarril Central Andino. Foto: FCCA
El tren Andean Explorer es el segundo ferrocarril más alto de Perú y el cuarto recorrido ferroviario más alto del planeta. Conecta la histórica ciudad de Cusco con Puno en un trayecto de 10 horas que abarca 177 kilómetros, permitiendo a los pasajeros admirar la vastedad de la Cordillera de los Andes. Alcanza su punto más alto a 4.360 metros sobre el nivel del mar y está equipado con potentes motores para manejar la elevada altitud.