Las cabras domésticas (Capra hircus) son animales rumiantes ampliamente valorados por su versatilidad y capacidad de adaptación. Criadas desde el octavo milenio a. C., han desempeñado un papel crucial en la agricultura y las sociedades humanas alrededor del mundo.
Su rusticidad les permite prosperar en una amplia variedad de climas y terrenos, desde zonas montañosas áridas hasta praderas templadas. Un claro ejemplo de la habilidad de estos animales es el hecho de que pueden trepar cualquier cosa para alimentarse y sobrevivir.
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En el suroeste de Marruecos, las cabras domésticas pueden trepan los árboles para poder alimentarse. Debido a la falta de territorios verdes por la escasez de lluvias durante gran parte del año, estos animales han encontrado una manera ingeniosa de obtener su comida.
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Las cabras domésticas en el suroeste de Marruecos trepan entre 8 y 10 metros a los árboles de argán, típicos de este país africano, para conseguir alimento durante las épocas de mayor sequía.
Al no encontrar suficiente alimento en el suelo para subsistir, su única alternativa es subir a la copa de los árboles en busca de frutos.
Las cabras suben a la cima de los árboles para poder alimentarse del fruto de este. Foto: Shutterstock
En otros lugares, como México o España, ya se había visto a cabras escalar arbustos o árboles pequeños; sin embargo, en Marruecos es posible observar incluso a 20 cabras en un mismo árbol, todas en busca de comida.
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En conformidad con un estudio titulado ‘Tree-climbing goats disperse seeds during rumination’, publicado en la revista Frontiers in Ecology and the Environment, estas cabras domésticas pueden ayudar al medioambiente cuando trepan los árboles debido a la altura en la que se encuentran.
Es decir, al comer desde lo alto de los árboles, estos animales escupen las semillas de los frutos que ingieren y las semillas se dispersan sobre el terreno, lo cual genera el crecimiento de más árboles, además de asegurar la continuidad del periodo de alimentación tanto para las cabras como para los habitantes que consumen los frutos o utilizan la madera.
El estudio también señala que los pastores han observado este comportamiento y, por lo tanto, enseñan a sus cabras a trepar desde que son pequeñas. Esto no solo les asegura el acceso a alimento en el futuro, sino que también ayuda en la dispersión de las semillas, lo cual, al mismo tiempo, contribuye al crecimiento de más árboles de argán.
Los pastores le enseñan a sus cabras a trepar los árboles. Foto: Erika Hobart