En el mundo, hay ciudades cuyo tamaño y diseño arquitectónico desafían la imaginación. Sin embargo, una de ellas sorprende enormemente porque, a pesar de su modernidad, está casi desierta. Se trata de la "capital fantasma" más grande del mundo, un área donde sus amplias avenidas y majestuosos edificios carecen del bullicio y la actividad típicos de una gran ciudad.
Con una extensión que supera los 4.000 kilómetros cuadrados, esta capital es muy distinta a lo que sus creadores imaginaron. A pesar de contar con autopistas de múltiples carriles, hoteles de lujo y complejos gubernamentales, la ciudad parece abandonada.
A pesar de contar con amplios espacios, esta ciudad asiaticas apenas está poblada. Foto: France 24
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Naypyidaw, la capital de Myanmar (Birmania), se extiende por 4,600 kilómetros cuadrados, lo que la hace 78 veces más grande que Manhattan. Esta gran extensión incluye autopistas de hasta 20 carriles, bloques de viviendas para funcionarios y numerosos hoteles de lujo que permanecen desocupados. Construida en secreto por el gobierno birmano entre 2000 y 2005, la ciudad fue diseñada con un propósito estratégico y administrativo, pero su realidad actual es la de una urbe fantasma.
A pesar de su infraestructura moderna y sus amplias avenidas, Naypyidaw carece del bullicio y la vida que caracterizan a otras capitales del mundo. Solo los funcionarios gubernamentales residen en la ciudad, mientras que sus familias suelen quedarse en Rangún debido a la falta de servicios y entretenimiento en la nueva capital. La ciudad cuenta con electricidad ininterrumpida y un aeropuerto restringido principalmente al uso militar.
Naypyidaw tiene sus carreteras vacías debido a la falta de población. Foto: Viaje con escalas
Uno de los principales factores que explican la falta de población en Naypyidaw es su construcción en un lugar remoto y su diseño orientado exclusivamente a los funcionarios del gobierno. La ciudad está situada a 400 kilómetros de Rangún y a tres kilómetros de Pyinmana, un lugar histórico en Myanmar. La mayoría de las familias prefieren quedarse en Rangún, donde hay más servicios, comercios y oportunidades laborales.
Además, el alto costo de vida en Naypyidaw y la falta de transporte público adecuado hacen que sea menos atractiva para los ciudadanos comunes. La ciudad también carece de un centro urbano discernible y de espacios públicos que fomenten la vida comunitaria. Las áreas residenciales están estrictamente segregadas, y las zonas hoteleras, diplomáticas y ministeriales están distanciadas unas de otras, lo que añade a la sensación de aislamiento.
La Pagoda Uppatasanti es una de las estructuras más prominentes y simbólicas en Naypyidaw, la capital de Myanmar. Foto: Tripadvisor
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La construcción de la capital de Myanmar fue impulsada por la junta militar que gobernaba al país, con el objetivo de crear una capital que simbolizara su poder y autoridad. La ubicación central de Naypyidaw fue elegida por su lejanía de la costa, lo que la haría menos vulnerable a invasiones extranjeras y desastres naturales. Se pensó también como una medida defensiva ante posibles revueltas sociales, como la Revolución Azafrán de 2007.
Este proyecto tuvo un costo entre 4.000 y 5.000 millones de dólares, una cifra considerable para un país con recursos limitados. La ciudad incluye edificios gubernamentales, instalaciones deportivas y réplicas de monumentos importantes como la Pagoda Shwedagon.