Las recientes inundaciones en Brasil, consideradas entre las más graves que se han registrado en la historia del país, devastaron la región sur, particularmente el estado de Rio Grande do Sul. El hecho provocó destrucción y afectó a miles de personas. Ante esta situación, el papa Francisco mostró su apoyo a las víctimas con una donación de más de 100.000 dólares a través del Dicasterio para el Servicio de la Caridad. El santo padre también exhortó a la comunidad católica internacional a colaborar en los esfuerzos de ayuda.
La Iglesia Católica, encabezada por el papa, ha movilizado recursos adicionales y organizado una red de asistencia en coordinación con organizaciones locales. Estas acciones buscan brindar apoyo inmediato a las familias afectadas y garantizar una recuperación digna en los municipios devastados, incluida la capital regional, Porto Alegre.
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El Vaticano, a través del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, ha coordinado con las diócesis locales para asegurar que la ayuda llegue directamente a las comunidades afectadas en Porto Alegre y otros municipios del estado de Rio Grande do Sul. Se ha hecho especial hincapié en distribuir alimentos, agua potable, ropa y refugio, así como en ofrecer atención médica y apoyo emocional a los afectados.
Los obispos de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) agradecieron la contribución y reiteraron su compromiso de trabajar junto con otras organizaciones humanitarias para maximizar el alcance de la asistencia. El papa Francisco enfatizó la importancia de “dar prioridad a la dignidad de las personas, apoyando su reconstrucción”.
Miles se movilizan para brindar ayuda a los damnificados por las inundaciones en Porto Alegre. Foto: AFP
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El llamado del papa Francisco ha resonado a nivel mundial, pues atrajo el apoyo de personalidades como Elon Musk, quien también se ha comprometido con la causa. Varias ONG y empresas internacionales han enviado recursos y expertos en emergencias para ayudar en las tareas de rescate y recuperación.
Las donaciones se canalizan a través de la Red Eclesial Panamazónica (Repam) y Caritas Internacional para atender las necesidades inmediatas y coordinar la reconstrucción a largo plazo. Se busca no solo aliviar el sufrimiento inmediato, sino también fortalecer las infraestructuras locales para resistir futuras catástrofes.
Porto Alegre ha quedado bajo el agua, causando millonarias perdidas. Foto: AFP
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Las intensas lluvias que azotaron Rio Grande do Sul provocaron inundaciones repentinas que arrasaron comunidades enteras, lo que provocó la muerte de más de 100 personas y decenas de miles sin hogar. Porto Alegre, una de las ciudades más afectadas, sufrió daños significativos en viviendas, escuelas, hospitales e infraestructura.
El Gobierno brasileño declaró estado de emergencia en múltiples municipios. Asimismo, movilizó a las fuerzas de seguridad para coordinar las tareas de rescate y brindar ayuda humanitaria. Además, el cambio climático ha aumentado la frecuencia e intensidad de estos eventos, por lo que la solidaridad internacional resulta crucial para abordar tanto la emergencia actual como las futuras.